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Sectores del FA y la academia advierten que la eventual Ley de Riego afectará la biodiversidad

Algunos sectores del Frente Amplio y representantes de la academia advierten que de aprobarse la Ley de Riego, proyecto que aún se encuentra a estudio del Parlamento, provocaría impactos en la biodiversidad y afectaría el agua potable.

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El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, remitió al Parlamento en abril de 2016 el proyecto de Ley de riego.

En dicha instancia, Aguerre expresó que en Uruguay “sobra el agua, pues llueven 1.300 litros por metro cuadrado al año, de los cuales 500 litros fluyen por las cañadas y los arroyos y terminan en el océano Atlántico, donde se mezclan con agua salada”.

Dijo que el agua destinada al riego es 90% utilizada, “pero es menos de 5%” del agua que escurre o es de escorrentía.

En dicho marco, el proyecto de Ley, que ya fue aprobado por el Senado, impulsa el crecimiento de la superficie regada y para ello se basa en el “aprovechamiento de los embalses y represas”.

Biodiversidad y agua potable

Sin embargo, en las últimas existieron pronunciamientos discordantes hacia la iniciativa, los cuales provinieron tanto de diputados frenteamplistas, como desde la academia.

Desde el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) y la Liga Federal advierten que la futura Ley de Riego podría hipotecar “la calidad de agua”.

También sostienen que podría generarse una tendencia hacia la “construcción de un mercado privado de agua en los territorios agrarios”.

Entretanto, la Sección Limnología del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias advirtió en su momento que la iniciativa del gobierno “no considera el impacto ambiental de la construcción de represas a gran escala”.

Aclaran que el agua de escorrentía sobre y dentro del suelo, “lo riega, se infiltra en él, lo drena y moviliza los materiales sólidos, materia orgánica, iones y nutrientes, redistribuyéndolos en el territorio”

“Las represas  interrumpen el curso de los ríos, transformando sistemas lóticos (ríos) en lénticos (lagos). Así se pierde la biodiversidad fluvial, fundamentalmente de peces, invertebrados (principalmente insectos), monte ribereño y plantas acuáticas, los que son sustituidos por otros animales (ejemplos moluscos), plantas flotantes y fitoplancton, propios de los sistemas lénticos”, advierten.

También aclaran que las represas aumentan el tiempo de residencia del agua, y con ello su temperatura y transparencia. “Si el agua represada trae consigo una carga importante de nutrientes proveniente de la fertilización agrícola excesiva, como está sucediendo en varias zonas del país, se incrementarán los procesos de eutrofización en el embalse” y con ello el incremento de floraciones algales o cianobacterias potencialmente tóxicas.

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