ANTES DEL 1º DE OCTUBRE LA COMISION DE PATRIMONIO DECIDIRA QUE AREA DE "EL HERVIDERO" SERA EXPROPIADA

Dos décadas después será oficializado el hallazgo de la Villa Purificación de Artigas

La declaración de patrimonio nacional del lugar donde el general José Gervasio Artigas instaló la ciudad de Purificación desde la que gobernó el Protectorado de los Pueblos Libres, esconde una historia de poderes, ambiciones, conveniencias e intereses políticos y económicos.

El próximo 1º de octubre la Comisión Nacional de Patrimonio deberá asesorar al Poder Ejecutivo para que reglamente la Ley Nº 17.631 de fomento de turismo de carácter histórico, que el Parlamento aprobó en abril de 2003 y la administración Jorge Batlle promulgó en mayo último.

El temor a una expropiación del predio perteneciente a la familia Gutiérrez Amaro, de fuerte vinculación con sectores de los dos partidos tradicionales, tiene antecedentes a fines del siglo XIX, cuando el bisabuelo de los actuales propietarios cedió la «meseta de Artigas» para que allí se le rindiera homenaje.

Integrantes de la comisión parlamentaria que estudió el proyecto de ley donde finalmente decidió la expropiación sufrieron en el transcurso de tres años todo tipo de presiones políticas y hasta personales, en el marco de un «lobby» político económico que incidió en todos los partidos políticos.

La iniciativa de expropiación, impulsada inicialmente por el senador tupamaro Eleuterio Fernández Huidobro implicó para algunos sectores una complicación por el protagonismo histórico que adquiría, y un riesgo por futuras confiscaciones de tierras con precedentes históricos.

Un proyecto de fomento a la inversión turística de carácter histórico propuesto por el diputado Félix Lavigna permitió finalmente la aprobación de la ley que incluye la expropiación de Villa Purificación, cuya delimitación deberá decidirse en la reglamentación del Poder Ejecutivo.

En Villa Purificación (1815-1820), Artigas creó la primera escuela y primera biblioteca nacional, formó la marina mercante y la Armada, concedió las primeras patentes de corso, redactó el Reglamento Provisorio, decidió la primera división departamental, firmó los primeros tratados comerciales e inició la diplomacia uruguaya, entre otros hechos que marcaron su apogeo.

La ley «olvidada» del Ñato

El 20 de octubre de 1998 el ambulatorio de la Cámara Alta atraía más periodistas de lo acostumbrado. Las cámaras de televisión seguían al ex guerrillero tupamaro Eleuterio Fernández Huidobro, quien asumía una breve suplencia como senador de la República en sustitución de Helios Sarthou.

En su primer acto legislativo, luego de juramentar, Fernández Huidobro hizo un sorpresivo pedido de informes. Casi nadie llegó a comprender por qué solicitó al Ministerio de Defensa Nacional las cartas geográficas y el relevamiento aerofotogramétricos de la zona donde Artigas fundó la Villa de Purificación.

Once días antes, en un acto del Movimiento de Participación Popular (MPP), el dirigente tupamaro había adelantado su sueño de que el Encuentro Progresistas impulsara en Paysandú, la refundación de la capital de la Liga Federal y la Banda Oriental durante el gobierno artiguista de 1815.

Fernández Huidobro tenía conocimiento de que en el año 1980, durante la dictadura, el Ministerio de Educación y Cultura había localizado con precisión, a través del trabajo de investigadores civiles (Taddei, Oliveras, Lafourcade), el lugar donde había existido Villa Purificación, sobre el Arroyo del Hervidero.

El senador tupamaro dedicó la mitad de su libro «Artigas Olvidado» a fundamentar la importancia de expropiar esas tierras y declararlas patrimonio nacional. Esa iniciativa fue plasmada en un proyecto que, con la firma de 19 senadores, el propio Fernández Huidobro presentó el 5 de julio del año 2000.

Fue al iniciarse la nueva legislatura, cuando el Parlamento organizaba una serie de actos en el marco del sequiscentenario del fallecimiento del Prócer, que el reelecto senador propuso que se expropiara el padrón Nº 4983 de Paysandú para que una Comisión Honoraria refundara Purificación.

La idea era reconstruir la ciudad capital del Protectorado de los Pueblos Libres y reinstalar allí una escuela y una biblioteca, un museo de la Armada y otro del Ejército Oriental, que allí tuvieron su origen.

Pero además, Fernández Huidobro pensaba en un asentamiento de viviendas para jóvenes y la entrega de parte de las tierras al Instituto Nacional de Colonización para generar, junto a un polo histórico de atracción turística, un área productiva que posibilitara el repoblamiento del lugar.

El proyecto de Lavigna

Veinticuatro horas antes de que Fernández Huidobro formalizara, con la firma y conocimiento de legisladores del oficialismo (W. Sanabria y A. Singer), la presentación de su proyecto al Senado, en la Cámara de Diputados, el representante quincista por Paysandú, Félix Lavigna, ingresó otro proyecto.

La iniciativa del legislador oficialista proponía la creación de una comisión en el Ministerio de Turismo para fomentar paseos internos de carácter histórico, declaraba de interés nacional las inversiones en el área e impulsaba el surgimiento de hoteles, albergues, paradores, posadas y pulperías turísticas.

Asimismo impulsaba declarar zonas de desarrollo turístico las ciudades, pueblos y villas escenarios de la gesta artiguista, que se consagrara como monumento histórico el solar donde se emplazó Villa Purificación y la conservación y mantenimiento de la Villa Santo Domingo de Soriano.

El punto clave del proyecto, que luego de tres años de idas y venidas llegó a aprobarse, era el artículo sexto, que fue centro del debate en la Cámara Baja cuando la iniciativa se discutió el 9 de octubre de 2001, exactamente un año después del acto en el que Fernández Huidobro lanzó la idea.

El texto indica: «Artículo 6º.- Declárase monumento histórico el solar donde estuvieran emplazados el Cuartel General de Artigas y la Villa de Purificación, ubicado dentro de las fracciones de campo individualizadas por los padrones 4980 y 4983 en mayor área, 4ª Sección catastral, zona rural en el departamento de Paysandú».

Y agrega: «El Poder Ejecutivo dispondrá lo necesario para proceder a determinar su extensión, delimitación y señalamiento, previo informe fundado en asesoramiento competente, de acuerdo con los alcances de la Ley Nº 14.040, de 20 de octubre de 1971, a los efectos de la creación del Parque Nacional Purificación».

El texto aprobado el 22 de abril de 2003 y promulgado por el Poder Ejecutivo el 7 de mayo de este año, posibilita que, por la vía de la reglamentación, se reduzca a un mínimo el área a expropiar. Un fuerte lobby presiona hoy a los «asesores competentes» que deben pronunciarse antes del 1º de octubre

Esa asesoría fue derivada a la Comisión del Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Nación, dependiente del Ministerio de Educación y Cultura, que preside Jorge de Arteaga, donde se diseñó un proyecto de estudio del lugar con un costo de 15 mil dólares.

Expropiación «inconveniente»

El proyecto de Fernández Huidobro quedó encarpetado en la comisión respectiva y nunca llegó al plenario de la Cámara Alta. Desde aquel 20 de octubre del 98, cuando el pedido de informes del líder tupamaro, el tema había provocado una inconfesa preocupación en diferentes ámbitos.

Para muchos no era históricamente aceptable que un ex guerrillero tupamaro fuera quien tuviera el mérito de definir la polémica sobre dónde se emplazaba Villa Purificación. Para otros, la iniciativa expropiatoria era y es un peligroso antecedentes que podría afectar en el futuro a
otros respetables propietarios.

La propuesta de Lavigna, en cambio, tuvo un rápido andamiento inicial y contó con el apoyo de todos los sectores implicados, hasta que comenzaron a surgir «misteriosas» trabas, que enlentecieron el proceso legislativo durante tres años, pautados por diversas polémicas.

Primero el entonces ministro de Educación y Cultura, Antonio Mercader, luego alguna de las principales figuras de la Comisión Nacional de Patrimonio Histórico e incluso algunos legisladores comenzaron a apoyar la idea de realizar un estudio arqueológico del lugar para no cometer un «error histórico».

La posibilidad de un yerro en la identificación del lugar del asentamiento de Villa Purificación fue instalado por la familia Guitérrez Amaro, propietaria de la Estancia «El Hervidero», que hasta hace poco administraba Carlos Peirano, en cuyo padrón 4983 se encuentra el casco principal del establecimiento.

El 6 de setiembre de 2002, César Juan Gutiérrez Amaro, replicaba un artículo de El País, donde se daba cuenta de la importancia del hallazgo de Villa Purificación. El propietario volvió a sostener entonces que la Villa se encontraba, en realidad, kilómetros al norte, a orillas del Río Daymán.

En la nota recordaba que su propio bisabuelo Don Nicanor Amaro (descendiente de Julián Amaro, combatiente artiguista), había sido en 1899 quien cedió cincuenta hectáreas de campo para que se creara el «Parque Nacional de la Meseta de Artigas».

Más pruebas confirmatorias

Días después, el 23 de setiembre, en la propia meseta, el intendente de Paysandú, Alvaro Lamas, al recordar a Artigas, afirmaba que los escollos para el cumplimiento de la ley aprobada respondían a una colonización pedagógica, a los intereses sectoriales de la Patria Chica en oposición a la Patria Grande y a la intención de «adulterar la historia y ocultarla».

«Son los propios dueños, los que detentan la ocupación de esas tierras desde el siglo XIX y sin ser demasiado susceptible, los que saben bien dónde estuvo Purificación y araron esas tierras para evitar que hubiera un reconocimiento y una ubicación exacta del lugar», acusó Lamas.

Lamas arremetió contra el ministro Mercader y la Comisión de Patrimonio, presidida por Jorge de Arteaga (íntimo amigo de la familia Guitiérrez Amaro), que decidió nuevas investigaciones arqueológicas en el lugar. Lamas preguntó qué indagación determinó el lugar del desembarco de los 33 Orientales, la batalla de Las Piedras o el camino del Exodo.

También generó críticas a la Comisión de Patrimonio, que se desechara los estudios de personalidades como el director del Museo Arqueológico de Canelones, Jorge Fermenías, el miembro del departamento de Arqueología de Humanidades, Jorge Baeza y el historiador Aníbal Barrios Pintos.

Los tres, confirmaron las investigaciones del grupo de expertos que estuvo en el lugar en 1980, cuando se hizo un amplio relevamiento de dos áreas de la estancia «El Hervidero» sobre el Río Uruguay y se encontraron restos de sables «blüsher (típicos de la época artiguista) entre otros materiales.

Una serie de documentos cartográficos de diferentes épocas, el testimonio de cartas y crónicas de quienes llegaron a visitar Purificación e, incluso, una serie de fotografías aéreas tomadas en el año 1966, ya constituían pruebas irrefutables del lugar donde Artigas tuvo su apogeo.

La última prueba ampliatoria fue una serie de 65 fotografías infrarrojas tomadas por la Fuerza Aérea Uruguaya durante el año 2002 y reveladas en Estados Unidos, donde se observa la existencia de trincheras de defensa y se reiteran detalles que comprueban que el actual casco de la estancia se construyó sobre la casa del propio Artigas. *

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