Venas abiertas

Por qué escribo

Una confesión para empezar: desde que era un niño he tratado de ser jugador de fútbol. Todavía soy el número uno. El mejor de los mejores, pero sólo durante el tiempo de sueño, mientras duermo, pero apenas despierto me confirmo que tengo piernas de madera, y no tengo ninguna otra posibilidad más que tratar de ser un escritor.

He intentado, y sigo intentando, decir más con menos, en busca de palabras mejores que el sabio silencio; palabras desnudas, libres de ropajes retóricos. Escribir ha sido, y sigue siendo, muy difícil, pero con frecuencia me produce sentimientos profundos y un gran placer, lejos de la soledad y el olvido.

Lo intenté, lo intento, ser lo suficientemente hábil para aprender a volar en la oscuridad. Lo intenté, lo intento, para vomitar las mentiras que estamos obligados a tragar cada día, y lo intenté, lo intento, ser desobediente, cuando los amos del mundo dan órdenes en contra de mi conciencia y contra el sentido común.

Lo intenté, lo intento, asumir que no puedo ser neutral, y no puedo ser objetivo porque no quiero convertirme en un objeto, indiferente a las pasiones humanas.

Lo intenté, lo intento, denunciar ese viejo proverbio que dice que el hombre es el lobo del hombre. Es mentira. Los lobos no matan a los lobos, y nosotros somos los únicos animales especializados en el exterminio mutuo.

Lo intenté, lo intento, escribir descubriendo hombres y mujeres que tienen voluntad de justicia y voluntad de belleza, y son mis compatriotas y mis contemporáneos, sin importar dónde nacieron o cuándo vivieron, más allá de las fronteras del tiempo.

Lo intenté, lo intento, ser lo suficientemente terco para seguir creyendo, a pesar de todas las evidencias, que los seres humanos están mal construidos, pero estamos aún sin terminar.

Lo intenté, y espero que siempre trataré, de elegir el lado derecho, que suele estar en el lado izquierdo, en la eterna lucha de la indignación contra la indignidad.

Lo intenté, lo intento. Vale la pena, créanme. Nosotros podemos ser capaces de cambiar esa frase famosa escrita por mi amigo, Bill …. Bill Shakespeare:

Sí, la vida es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, significando…  todo!

Eduardo Galeano
Eduardo Galeano

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje