¿Qué hacemos, follamos o hacemos el amor?
La gente confunde muy habitualmente los términos: hacer el amor y follar, no siempre se folla mientras se hace el amor, ni se hace el amor cuando se folla.
Se cree por convicción cultural que la descripción de la palabra follar es practicar el sexo y punto, sin sentimientos de por medio y con bastante énfasis en el acto en sí, que en muchas ocasiones es ofensivo e incluso menosprecia a uno de los dos sujetos que vayan a practicarlo por la dureza de movimientos y la utilización de las personas para conseguir únicamente placer, que te digan que quieren follar contigo o decirlo tú mismo, es faltar al respeto, por lo denigrante de la palabra. Cuando dista esto de la verdad.
No es hasta el cuarto significado de la RAE (Diccionario de la Real Academia Española) que a la palabra se le da traducción (vulgar, eso pone) de “practicar el coito”, además dice algo relacionado con “molestar” al prójimo, que digo yo, que si estás practicando el coito con consentimiento mutuo, mucha molestia no tendrás, pero ese ya es otro tema.
Por dónde iba, ah sí, follar… follar es mantener relaciones sexuales, no se dice en ningún momento que sea con o sin amor, es más, para practicar como es debido el acto en sí se debe hacer con todas las armas que tengas a tu alcance para que sea satisfactorio para ambas partes (y no me estoy refiriendo en estos momentos a juguetitos sexuales de la tele-tienda cachonda) me refiero a follar con todo el cuerpo, usando manos, pies, bocas, órganos reproductores (aunque no se tenga en mente reproducir nada) y demás partes del cuerpo con el que dar y que te den placer. Por eso, a mi modo de ver, todas las relaciones sexuales deberían llevar como nombre la palabra follar, y ahora explicaré porqué hacer el amor no es suficiente descripción o queda escaso como referencia al acto.
Hacer el amor, en el mismo manuscrito anteriormente nombrado (la RAE) y en su segunda definición, significa “copular”, que está muy bien, pero nuevamente no es suficiente. Copular me suena a montar yeguas o que alguien haga de mamporrero mientras tiene las manos enguantadas.
Hacer el amor, bajo mi punto de vista, es ese momento en el que los cuerpos se juntan, se besas, se abrazan, se unen y se dan calor, muy bonito y relajante, muy romántico y placentero, pero para consumar como es debido, o disfrutar del sexo profundamente dejándote satisfecho, hay que follar, con o sin amor, sí, pero follando, con embestidas profundas golpeando las pelvis, con lubricación descontrolada, jadeos sonoros y sonidos vergonzantes como lo pueden ser: las ventosidades vaginales involuntarias, vellos molestos dentro de la boca, estornudos inesperados o los horribles calambres en las pantorrillas que te dejan con una mueca desagradable hasta que consigues que pase el dolor.
Son cosas que suceden, no siempre, pero suceden; son esos momentos que en la complicidad de la pareja, en el momento del éxtasis del sexo, te tienen que dar igual; son esos detalles que excitan, si cabe mucho más, el ambiente en el que has convertido el lugar escogido. Dos cuerpos que se dan placer y sufren espasmos, calambres, hiperventilaciones, resoplidos y gritos no reprimidos que los vecinos comentarán, quizás, a la mañana siguiente. Ese olor fuerte y especiado, feromonas que expulsan nuestros cuerpos al transpirar e incrementan el apetito sexual, afrodisíacos naturales que nuestra inteligente cabeza/sexo detecta sin problema.
Este no es un artículo para describir correctamente el acto sexual entre dos personas, no, solo es un pequeño placebo para recapacitar y llamar las cosas por su nombre y nombrarlas como es debido. Que nadie sienta vergüenza al practicar el sexo con ímpetu y frenesí, siendo un poco más obsceno y fogoso de lo que realmente quiere aparentar en su día a día, dejando de lado todos los convencionalismos y buenas posturas reacatadas; manchándose, pringándose, utilizando todos los trucos, ideas y fantasías que se quieran con el propósito de disfrutar de las cotas más altas de placer al follar, o hacer el amor, como más cómodo os sea decirlo. O, como me dijo una amiga, follar haciendo el amor o hacer el amor follando.
Felices y descansados sueños tras largas horas de absoluto placer tengan ustedes señoras y señores lectores.
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