Al fin un atisbo de humanidad en «Villa Dolores»
¡Vaya nombre que tiene nuestro Zoo!
Desde niño, significó un paseo poco querible. Un lugar de malos olores y mala vibra.
Una cárcel inhumana de «ejemplares» presos, por el delito de querer ser libres.
Una idea de mal gusto. Un ejemplo de lo que NO hay que hacer.
Por suerte, hoy, muy lentamente, las cosas van cambiando, y ya los circos y zoológicos tradicionales son cosa de un pasado cruel.
Veamos las nuevas tendencias sobre lo que debería ser un zoológico!
El Convenio sobre la Diversidad Biológica es el primer instrumento jurídico internacional que recoge como mecanismos de protección de los recursos biológicos y genéticos los términos conservación in situ(conservación de los ecosistemas y los hábitats naturales y el mantenimiento y la recuperación de poblaciones viables de especies en sus entornos naturales) y ex situ (medidas financieras, científicas y técnicas orientadas a la conservación y la investigación de plantas, animales y microorganismos fuera de su hábitat natural). Los zoológicos son un claro ejemplo de instalaciones destinadas a la conservación ex situ, pueden y deben ser sujetos activos de gran valor en la conservación.
La Directiva 1999/22/CE, de 29 de marzo relativa al mantenimiento de animales salvajes en parques zoológicos, exige el establecimiento de un régimen de autorización y de inspección de los parques zoológicos, que garantice el cumplimiento de condiciones básicas de sanidad, bienestar y seguridad, para mantener la buena salud física y psíquica de los animales salvajes los habitan. Pretende así favorecer la correcta aplicación de la legislación comunitaria en materia de conservación de la fauna silvestre, así como asegurar el papel en la educación pública, la investigación científica y la conservación de las especies por parte de los zoos.El Reglamento (CE) nº 338/97 del Consejo, de 9 de diciembre de 1996, relativo a la protección de especies de la fauna y flora silvestres mediante el control de su comercio, obliga a los Estados miembros a disponer de instalaciones adecuadas para el albergue y cuidado para los casos de importación de especímenes vivos de gran número de especies, y se prohíbe la exposición pública con fines comerciales de especímenes de las especies de su anexo A, salvo en caso de concreta excepción justificada por fines educativos, de investigación o cría.
La Directiva 79/409/CEE del Consejo, de 2 de abril de 1979, relativa a la conservación de las aves silvestres, y la Directiva 92/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1992, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres, prohíben la captura, mantenimiento y comercio de gran número de especies, pero permiten determinadas excepciones, precisamente, para la investigación, la educación y la cría, repoblación y reintroducción de especies
Los zoológicos deben cumplir con los objetivos de investigación, recreación, educación y conservación. Por lo tanto, un zoológico no debe adquirir sus animales sacándolos de sus respectivos hábitats o comprándolos a cazadores. Además de compras e intercambios con otros parques, algunos zoológicos adquieren legalmente animales por medio de instituciones que confiscan animales silvestres a traficantes de fauna, coleccionistas, cazadores, o gente que los tiene ilegalmente como mascotas. Los individuos de fauna silvestre que llegan al zoológico son acogidos porque es su última alternativa para una vida más o menos adecuada, con especialistas en su salud y hábitats específicos. Cuando un animal silvestre tiene contacto con humanos pierde posibilidades de reintegrarse a la naturaleza, por esa razón los traficantes y coleccionistas ya mencionados acaban completamente con las posibilidades de que el individuo silvestre pueda volver a integrarse a su medio natural.
Buenos vientos y buenas noticias nos llegan sobre nuestro «ZOO» Villa Dolores. Ya no más cárceles, no más olor a estiércol, no más hacinamiento, no más tristeza endémica.
Es un pequeño paso hacia un ideal de «Zoo», donde podamos apreciar la grandeza de la bio diversidad, y no la insensatez de querer recluirla en una jaula.
Dejemos eso para las nuevas tecnologías, y liberemos a esos despojados, dejando que cumplan con una simple razón de existir, de vivir.
Y aceptemos como un buen comienzo, lo que han resuelto las autoridades y directivos de nuestro centro de reclusión.
Tomémoslo como un buen augurio, y un comienzo de concientización y humanización hacia el verdadero sentido de un centro «Zoológico».
Que sea un lugar de estudio, agradable, un lindo paseo instructivo, y no una experiencia traumática.
Una vez más, reconocer un paso que se está dando, y esperemos que ésto se difunda en todo el país, para el bien de todos.
Algo bueno, estamos haciendo.
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