Pesadillas y sueños en la Banda Oriental
El optimismo reinante sobre nuestro pequeño país inserto en el Sistema Económico y Financiero Mundial, visto desde la óptica oficialista, trepa y trepa, rasca y rasca, pero rasca donde no pica.
Soñamos repetir la triste historia de los llamados «primermundistas», y perder la Libertad, de ser un «tercermundista» más allegados a sus sueños que a sus realidades.
Teníamos, y reafirmo, teníamos un país hermoso, con algunos problemitas sociales, con altos niveles de pobreza, marginación social, que podríamos calificar como vergonzosos.
Pero más vergonzoso es ver la impotencia e ineficacia de los que hoy tienen la responsabilidad, precisamente, de los programas de gobierno.
Directa, o indirectamente, se menoscaba como en nuestros peores regímenes, la capacidad creativa y el espíritu crítico de nuestros ciudadanos.
Ya sean los de dentro o los de fuera, los de izquierdas o de derechas, los de antes o los de ahora.
Hoy tenemos un país a la venta al capital extranjero, como nunca antes.
Pero existe un cambio…un cambio que es verdaderamente social. Y es un cambio irreversible. Y ese cambio viene de lo más hondo, de lo más cultural, o sea, de lo más importante.
Todo pasa por la credibilidad de los ciudadanos frente al Estado. Ya no existe. Ya no corren más las promesas, ni las falsas buenas intenciones.
Ya el hartazgo es tal, que no podemos esperar un retroceso. Ya el tiempo se acabó.
El territorio Oriental, la Banda Oriental, la tierra y sus recursos naturales, fueron y están siendo vendidos al capital expoliador de recursos.
Eso que fuera cuestión de orgullo y disfrute de todos, es hoy propiedad de unos pocos.
Lo más triste, es que es por muy poco tiempo. Pan para hoy…
Campos vacíos, pueblos fantasmas, taperas, escuelas vacías, energía eléctrica que nunca llega, éxodo cultural, pérdida de ingenuidad, y el tiempo que se nos va…
Pero siempre los grandes números, de grandes economistas, las macro políticas, la concentración de tierras en poquitas manos, la soja transgénica, la exportación de Humus y fertilidad, la negación de los efectos sobre la salud física y mental de nuestros paisanos.
Un sueño soñaba anoche, soñaba que te creía, soñaba con tus promesas cumplidas.
Pero soñaba dormido.
“Para aquellos de nosotros que vivimos los años de la Gran Depresión, todavía resulta incomprensible que la ortodoxia del mercado libre, tan patentemente desacreditada entonces, haya podido presidir nuevamente un período general de depresión a finales de los ochenta y principios de los noventa, en el que se ha demostrado igualmente incapaz de aportar soluciones. Este extraño fenómeno debe servir para recordarnos un gran hecho histórico que ilustra: la increíble falta de memoria de los teóricos y prácticos de la economía. Es también una clara ilustración de la necesidad que la sociedad tiene de los historiadores, que son los “recordadores” profesionales de lo que sus ciudadanos desean olvidar.”
E. Hobsbawm. Historia del siglo XX.
Compartí tu opinión con toda la comunidad