Doodle de Google a Thor Eyerdahl que cruzó el Pacífico en una balsa de troncos

El biólogo y explorador noruego Thor Heyerdahl (1914-2002), protagonizó junto a cinco navegantes una de las odiseas más arriesgadas y populares del siglo pasado, cuando intentó -y logró- demostrar su teoría que los sudamericanos eran los verdaderos colonizadores del Pacífico sur, a diferencia de la versión científica dominante en la época que aseguraba lo contrario.

En una balsa diseñada en base a las naves de los indígenas contemporáneos sudamericanos del Pacífico y del lago Titicaca, el explorador y sus intrépidos acompañantes viajaron durante 101 días, impulsados solamente con la fuerza del viento en la única vela artesanal por ellos diseñada, para cubrir las 5.000 millas marinas entre la costa peruana y la isla polinésica a la que arribaron, a bordo de su nave: la Kon-Tiki.

El viaje alcanzaría tal reconocimiento de la población mundial, más allá del científico, que para comienzos de 1950 se estrenó una documental que recopilaba el viaje, película que ganó un Oscar de la Academia en 1951.

Una vida dedicada a la historia y la arqueología

El noruego -que bien llevaba según sus compatriotas el nombre del segundo dios más importante de la mitología escandinava- estuvo abocado durante toda su vida a los más profundos y variados proyectos históricos y arqueológicos, en los cuales su creación de naves, descolló.

Luego del éxito del viaje de Kon-Tiki, diseñó junto al antropólogo mexicano, Santiago Genovés, las embarcaciones Ra y RaII, buscando demostrar que los egipcios ya habían llegado a América antes que Colón y que los mismos vickingos.

En los 70`, diseño el «Tigris» otra nave con la que intentaba demostrar que la cultura pakistaní del valle del Indo, habría tenido contactos con la Mesopotamia. De esa experiencia surgió una de sus frases más recordadas. En abril de 1978 como protesta por las guerras a orillas del Mar Rojo, incendió el Tigris. Consultado si ello revelaba su identidad con alguna de las fronteras en litigio aseguró: «¿Fronteras? Jamás he visto una frontera, aunque sí he oído que existen en las mentes de algunas personas».