James Cameron regresó a la superficie tras «tocar fondo» en lo profundo del mar
El director de Titanic y de Avatar, entre otras películas, dijo ayer en conferencia de prensa que se encontró con un paisaje «lunar» en el fondo del mar, tras convertirse en la primera persona en explorar en solitario durante unas tres horas la zona más profunda conocida en la corteza terrestre, a más de 10 kilómetros en el océano Pacífico. Lo hizo a bordo del Deepsea Challenger, un submarino que él mismo diseñó, Su aventura se convertirá en una película en 3D y alta definición que se podrá ver en cines y en National Geographic.
«Es muy lunar, muy desolado. Muy aislado», dijo el cineasta canadiense James Cameron ayer durante una conferencia de prensa telefónica, horas después de regresar del Abismo Challenger, ubicado al final sur de la Fosa de las Marianas, al sudoeste de las estadounidenses islas Guam en el Pacífico occidental.
Cameron alcanzó la zona más profunda conocida de la corteza terrestre, situada a 10.898 metros, a las 7H52 del lunes hora local (21H52 GMT del domingo), según informó National Geographic, socia en la expedición.
«Me sentí como si, en el espacio de un día, hubiera ido a otro planeta y vuelto», dijo Cameron, para quien el fondo del mar es un «mundo extraño, completamente desolado».
El aventurero y multimillonario Richard Branson felicitó a Cameron por su hazaña.
«Lo que logró es increíble», dijo Branson por teléfono a la AFP. Él mismo tiene previsto visitar este año el fondo del Atlántico para explorar la fosa de Puerto Rico a bordo de su submarino, el Virgin Oceanic.
Esta fosa, a 8.600 metros, no es tan profunda como la Fosa de las Marianas, pero nunca fue explorada por un submarino tripulado. «En el Atlántico nunca nadie llegó tan abajo», comentó entusiasmado Branson.
La Fosa de las Marianas, una cicatriz en forma de medialuna en el Océano Pacífico, mide más de 2.550 km de largo y unos 69 m de ancho en promedio, y alcanza su mayor profundidad en el Abismo Challenger.
El viaje de Cameron tras más de siete años de planificación fue la primera expedición tripulada a esta fosa en más de medio siglo, tras el descenso por apenas 20 minutos del teniente de la Marina estadounidense Don Walsh y el oceanógrafo suizo Jacques Piccard, el 23 de enero de 1960.
Paisaje desolado
Cameron, de 57 años, se sumergió a bordo de un submarino de ocho metros de largo diseñado por él mismo, el Deepsea Challanger. Tardó dos horas y 36 minutos en llegar al Abismo Challenger y permaneció allí durante 70 minutos, según National Geographic.
El cineasta que debió acortar su aventura en el fondo del mar -que había previsto sería de seis horas- porque tuvo problemas con el sistema hidráulico del sumergible, alcanzó sin embargo a recoger muestras para investigación en biología marina, microbiología, astrobiología, geología marina y geofísica. Además, las imágenes registradas servirán para un documental en 3D que se emitirá en salas de cine y en el canal de National Geographic.
Cameron dijo que poder hacer este viaje fue para él «la culminación de un sueño de toda la vida», y agregó que espera poder seguir aunando sus dos pasiones: la exploración de las profundidades marinas y su trabajo como cineasta.
El viaje de Cameron demuestra que «en 2012 todavía se están explorando lugares en gran medida desconocidos. Me complace decir que la edad de oro de la exploración y los descubrimientos continúa», dijo Terry García, de National Geographic.
«Oscuro y frío»
Debido a su extrema profundidad, la Fosa de las Marianas está en perpetua oscuridad y la temperatura se sitúa ligeramente por encima del congelamiento, informó el equipo.
La presión del agua en el fondo de la fosa es de unas aplastantes ocho toneladas por pulgada cuadrada, o el equivalente a miles de veces la presión atmosférica estándar a nivel del mar.
El sumergible diseñado por Cameron -una especie de «torpedo vertical»- había completado con éxito una inmersión no tripulada el viernes.
Cameron, quien se preparó para la misión corriendo varios kilómetros diarios y practicando yoga para incrementar su flexibilidad y soportar el apretado compartimento del submarino, ha realizado 72 inmersiones en su vida, 12 de ellas para filmar «Titanic».
Cuando en 1960 Piccard y Walsh pusieron cerca de cinco horas para llegar al fondo y pasaron allí solamente 20 minutos. Entonces, no pudieron decir mucho sobre lo que vieron ahí porque su batiscafo revolvió demasiado la arena y sedimentos depositados en el lecho marino. Uno de los riesgos de una inmersión tan profunda es la extrema presión del agua. A 10,9 kilómetros (6,8 millas) bajo la superficie del mar, la presión equivale al peso de tres camionetas sobre un dedo del pie.
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