Microsoft sufraga 42 potentes radiotelescopios destinados exclusivamente a buscar vida extraterrestre
Los aportes de millonarios de la tecnología norteamericana, además, costearán unos 3 millones de dólares anuales de salarios y mantenimiento. Ello permitirá que la Batería de Telescopios Allen, uno de los mayores complejos en su especialidad, actualmente “abandonado” debido a los recortes presupuestales de la crisis, se concentre en un único objetivo.
La meta de “escuchar” transmisiones de radio interestelares comenzará en la constelación “del Cisne”, donde quedaron cuando se hicieron los últimos trabajos, en 1993.
“Seguramente están ahí”
La frase corresponde a Geoffrey Marcy, profesor de astonomía en la Universidad estatal de California, y uno de los nuevos jefes del proyecto.
“Seguramente están ahí; porque el número de planetas similares a la Tierra, tan solo en la galaxia Vía Láctea es simplemente demasiado grande”.
Su entusiasmo aparece respaldado por los descubrimientos del último quinquenio, todos coincidentes en que la galaxia “rebosa” de soles y planetas con similares condiciones a nuestro sistema solar y nuestra Tierra.
El equipo de astrónomos ingresará casi de inmediato con su cadena de radiotelescopios sincronizados en el llamado “pajar cósmico”, un conglomerado de 100.000 millones de estrellas en la galaxia y 9.000 millones de canales de radio de distinta banda, donde se supone debe haber alguien enviando alguna señal.
Los 42 radiotelescopios son capaces de chequear, franja a franja, todo el cielo en el tiempo de una noche. Las computadoras chequean cada sonido, señal, ruido o similar, cinco veces consecutivas, aproximando y alejando el telescopio de la misma.
Si la señal persiste, emiten un alerta y algún humano en la vuelta, viene a ver qué ocurre. Si la señal persiste, se comunicará a un observador astronómico en el sentido de giro de la Tierra, para que la capte antes que la base de radiotelescopios gire y la pierda. Si la señal persiste…. en la realidad nadie sabe que hacer salvo llamar a todos y esperar.
Al reabrir las instalaciones astronómicas, los científicos colocaron un nuevo felpudo ante la puerta principal. Dice: “Bienvenidas todas las especies”. AFP
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