POR SU MILITANCIA Y COMPROMISO CON LOS DERECHOS HUMANOS, FUE PERSEGUIDO Y ENCARCELADO

Dejó de existir Ismael Rivas, el sacerdote que desafió a la dictadura

En sus últimos meses, el religioso publicó 3 libros conteniendo sus homilías y dejó como legado valores como la fraternidad y el compromiso social. Sus restos fueron sepultados ayer en el Cementerio del Buceo.

A los 68 años de edad, dejó de existir Ismael Rivas, el carismático sacerdote que fue durante muchos años párroco en las iglesias de San Juan Bautista (Pocitos), San Cayetano, en La Paloma y Rocha. Debido a la aparición hace 18 meses de un Parkinson «rígido», su salud se vio seriamente resentida, hasta su deceso el pasado lunes 3 de setiembre.

En el transcurso de su vida, tuvo a su lado numerosos seguidores que lo apoyaron y debido a su personalidad directa y franca, se ganó también a muchos detractores, principalmente durante el período autoritario.

Por sus actitudes, consideradas desafiantes al gobierno militar, padeció cárcel. Sin ningún tipo de prurito, manifestaba en el medio de sus homilías que interrumpía su oratoria para que los agentes de Inteligencia pudieran dar vuelta el casete que grababa sus mensajes.

Varios de sus compañeros coincidieron en afirmar que Rivas «sabía comprender las necesidades de las personas». Lo definieron como «un hombre de pensamiento profundo y removedor de la conciencia».

Ismael Rivas nació en Sarandí del Yi, Durazno y fue ordenado sacerdote en Roma, donde también obtuvo su doctorado en Teología y realizó cursos sobre medios de comunicación social.

En 1958, fue designado vicario cooperador de la Catedral de Montevideo, donde trabajó con jóvenes de la capital y del Interior y también en ambientes marginales a través de la obra «Betania».

En 1967, fue designado cura párroco de Nuestra Señora Del Carmen y San Cayetano. El 1º de abril de 1973, se hizo cargo de la parroquia de San Juan Bautista, donde denunció violaciones a los derechos humanos.

Algunos de sus allegados consultados por LA REPUBLICA, recordaron que Rivas fue una persona muy comprometida con la realidad social y desde la Iglesia emitió sus pensamientos fundamentándose en el Evangelio. Por defender sus ideas en dictadura, estuvo preso en dos ocasiones. La primera vez, fue a pocos días de iniciado el régimen de facto cuando un grupo de militares arrasó con la parroquia de Pocitos en busca de sindicalistas. Todos los presentes fueron detenidos. La segunda vez, ocurrió cuando un grupo de militantes del Partido Nacional, celebraban el cumpleaños de Wilson Ferreira Aldunate en el frente de la parroquia cantando el Himno Nacional. A los pocos minutos, varias patrullas llegaron al lugar y se llevaron presos a los sacerdotes, Micherelena, Chapper, Rivas y Faget.

Rivas llegó a la parroquia de Pocitos, suplantando al sacerdote Aroldo Ponce De León, que fue amenazado de muerte por el grupo ultraderechista Juventud Uruguaya de Pie.

La hoy licenciada Soledad Márquez, grabó durante años sus homilías que fueron transcriptas y distribuidas entre la comunidad. Con este material se elaboraron tres tomos, que forman parte del libro «Los valores de Jesús».

Rivas fue presidente del Hogar Sacerdotal Católico en varios períodos y en los últimos meses de su vida, residió en ese lugar. *

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