Este 10 de setiembre se realiza el Día Mundial para la Prevención del Suicidio
Cada año, desde 2003, la Organización Mundial de la Salud celebra este día, con el fin de crear conciencia de las personas que piensan en acabar su vida, por distintas razones.
La OMS, junto con la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, promocionan este día con el fin de elevar la conciencia sobre las alarmantes cifras de suicidio a nivel mundial: una muerte por autoeliminación sucede en el mundo cada 40 segundos.
En los últimos 45 años, las tasas de suicidio han aumentado en un 60% en todo el mundo, y esta causa de muerte es una de las primeras tres entre personas de 15 y 44 años en algunos países.
Se estima que a nivel mundial el suicidio es el 1,8% de la carga global de morbilidad en 1998, y que en 2020 representará el 2,4% en los países con economías de mercado y en los antiguos países socialistas.
Números en sexos, edades y trastornos mentales cambian con el tiempo
Aunque tradicionalmente las mayores tasas de suicidio se han registrado entre los varones de edad avanzada, las tasas entre los jóvenes han ido en aumento hasta el punto de que ahora estos son el grupo de mayor riesgo en un tercio de los países, tanto en el mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo.
Los trastornos mentales (especialmente la depresión y los trastornos por consumo de alcohol) son un importante factor de riesgo de suicidio en Europa y América del Norte; en los países asiáticos, sin embargo, tiene especial importancia la conducta impulsiva. El suicidio es un problema complejo, en el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales.
Acciones
Según publica la OMS en su web, «a nivel mundial, la prevención del suicidio es una necesidad que no se ha abordado de forma adecuada debido básicamente a la falta de sensibilización sobre la importancia de ese problema y al tabú que lo rodea e impide que se hable abiertamente de ello. De hecho, solo unos cuantos países han incluido la prevención del suicidio entre sus prioridades».
«La fiabilidad de los sistemas de certificación y notificación de los suicidios requiere importantes mejoras», agrega el organismo, concluyendo que «es evidente que la prevención del suicidio requiere también la intervención de sectores distintos del de la salud y exige un enfoque innovador, integral y multisectorial, con la participación tanto del sector de la salud como de otros sectores, como por ejemplo los de la educación, el mundo laboral, la policía, la justicia, la religión, el derecho, la política y los medios de comunicación.
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