Día Mundial del Cáncer de Próstata el tumor más prevalente entre los hombres
Bajo el lema “Por todos, por ti”, se conmemora la segunda jornada mundial destinada a sensibilizar e informar sobre el tumor más prevalente y el segundo de mayor mortalidad en hombres.
El objetivo de la jornada, creada por la división “Cáncer de Próstata de España”, apunta a concientizar sobre la importancia de revisiones periódicas entre los varones para facilitar los diagnósticos que permitan tratamientos más precoces. Si bien el cáncer de próstata es el más extendido, también está entre los de mayor posibilidad de curación: hasta un 90% de los pacientes responde positivamente al tratamiento si el diagnóstico se realiza a tiempo.
El cáncer de próstata es en general, un tumor “propio de edades avanzadas”, según los especialistas ya que el más alto porcentaje de casos se desarrolla a partir de los 55-60 años, pese a lo cual cada vez es más recomendable hacerse análisis a edades tempranas.
La campaña de este año está particularmente destinada a las mujeres en tanto “si bien sólo los hombres padecen el cáncer de próstata, sus mujeres, hermanas, hijas y nietas, conviven con la enfermedad y son las que toman la iniciativa a la hora de buscar información, recursos y apoyo, las más de las veces”, afirman desde el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC).
Distintas teorías pero sin conclusiones sobre la prevención
Los orígenes del cáncer de próstata han sido atribuidos a distintos factores pero a la fecha la ciencia mantiene un desconocimiento aún importante sobre la etiología de la enfermedad.
La dieta, la profesión, el nivel socioeconómico, los antecedentes familiares de la enfermedad, las costumbres sexuales, los estímulos hormonales, e incluso el tabaquismo y otras adicciones, han sido responsabilizados en distintos momentos de la aparición de la enfermedad, pero no existe aún data concluyente en la materia.
Algunos elementos raciales son particularmente estudiados, ya que los japoneses tienen tasas muy bajas de cáncer de próstata, todo lo contrario a los estadounidenses que tienen entre las más altas. Sin embargo cuando los japoneses van a vivir a Estados Unidos jóvenes, y sus descendientes, aumentan la incidencia clínica y alcanzan las tasas de mortalidad norteamericanas.
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