Fabrican córneas artificiales con impresoras 3D y buscan producir otros órganos
Lo último en biotecnología lleva el nombre de “bioprinting” o “bioimpresión”, refiriendo a un área de investigación aplicada a partir de la adaptación de las tecnologías creadas desde que las impresoras 3D entraron a cumplir funciones hasta ahora imposibles en forma masiva.
Los polímeros plásticos de las impresoras 3D son sustituídos por biotintas de distintas naturalezas, que se aplican sobre un molde con la forma deseada, donde se busca que el material celular “crezca”.
El proyecto de investigación más avanzado en la materia está en Europa, donde el proyecto “Sylcor”, se desarrolla en el centro tecnológico Prodintec, de Asturias, en España.
“La ingeniería tisular es una línea estratégica para nosotros” sintetiza David González, encargado de relaciones de Prodintec, que explica los caminos generales a mediano y largo plazo emprendidos.
Un campo desconocido basado en tecnología “roll-to-roll”
Una línea de fabricación de dispositivos microeléctricos sobre materiales flexibles, ha permitido en primera instancia fabricar estructuras a escala micro para integrar componentes electrónicos en sustratos flexibles.
Todo está basado en la tecnología “roll-to-roll”, similar a la que se emplea en las máquinas de los periódicos, cuando varios rodillos aplican tintas unas sobre otras hasta alcanzar la impresión deseada. En tanto es posible imprimir circuitos electrónicos o material biológico sobre una capa flexible, todo apunta ahora al desarrollo inicial de córneas artificiales, parciales o totales, sobre la base de una seda (fibroína) fundamental para la ingeniería de tejidos.
Las afecciones de la córnea son causantes de ceguera y los transplantes (queratoplastias) son la forma de evitar la ceguera corneal, pero aunque es un trasplante de tejidos entre los más frecuentes, aún no se realizan suficientes como para paliar el déficit general.
Compartí tu opinión con toda la comunidad