Paleodieta

Avanza la nutrición más saludable de todas: la dieta paleolítica

Con un nombre en absoluto marketinero, el también terapeuta ha conquistado ya el apoyo, si no de la cátedra, del público que paga por cumplir con un nuevo estilo de vida mucho más sano, según afirman.

El doctor Carlos Pérez triunfa en España con su dieta “paleolítica”, solamente una parte de la “paleovida” que propone, según publica el diario La Vanguardia.

Para Pérez, el asunto está en movernos y en comer según ciertos parámetros, similares a lo que hacían nuestros ancestros –según los llama la gente- pero en términos de evolución apenas nuestros parientes mayores, afirma el técnico. En ese sentido apunta que lo mejor es la dieta que “nos hizo como somos”. La paleodieta permite pescado, mariscos, verduras, bulbos, porotos, frutas y carne.

Pérez defiende que “somos carnívoros, las grasas de la carne acortaron el intestino y acrecentaron el cerebro”. Afirma que no importa comer grasas, “de buena calidad: del aceite de oliva, de los frutos secos, del aguacate, grasas de pescado y carnes de caza.

También permite comerse un churrasco, carne sin definición expresa, pero “de animales que hayan correteado en el campo. La grasa de animales estabulados es grasa insana. Si el animal corretea su grasa se infiltra en la carne… y es saludable. Apunta especialmente a desechar “la carne que suelta agua al freirla: es de animal estabulado o cargado de antidiuréticos para retener agua y ganar peso”.

“Lo que comimos por 76.000 generaciones”

La dieta se basa en lo que nos convirtió “en el producto de 76.000 generaciones. Porque como comemos ahora hace solo 200 generaciones y que comemos azucares refinados, harinas, grasas trans y similares hace 7 generaciones”.

Apunta que las intolerancias alimentarias del presente son producto del apuro comercial por cambiarnos los gustos a su conveniencia, mientras que el genoma necesita miles de años para adaptarse a esos cambios. Señala que la “metabolización” de lo que ingerimos es lo que “nos está matando.

Harinas, lácteos y azúcares refinados, aceites vegetales que causan todo tipo de patologías deben ser descartados, así como el hábito de comer todo el día, e incluso de beber cualquier líquido que no sea agua, y ésta solamente teniendo sed. Apunta que el “cansancio intestinal” es uno de los peores problemas del hombre moderno “comiendo a cada rato”, y que sería mejor volver a los códigos del paleolítico: abundante cuando se puede, pero no varias veces al día.

Tema aparte es el movimiento que es considerado imprescindible y a lo largo de toda la jornada, con sucesivas tensiones forzadas: correr, caminar rápidamente, flexionar, todo lo que reproduzca lo que hacía el hombre de las cavernas a lo largo del día, es imprescindible.

Así las cosas, el especialista hace millones gracias a esta reproducción a escala de una vida cuya autoría, no tiene quien reclame derechos de autor.

 

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