Elogian nuevo ensayo sobre Real de Azúa
El libro se titula «Carlos Real de Azúa. Un intelectual inasible. El papel del intelectual, la política y los vaivenes del Uruguay y la región en la segunda mitad del siglo XX» (Banda Oriental), y su autora, es la actual decana de la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) de la Universidad de la República Udelar), Susana Mallo se doctoró en la Universidad de Buenos Aires con una tesis sobre este pensador uruguayo. Real de Azúa (1916-1977) fue docente (literatura, ciencia política), ensayista, crítico, historiador. Columnista en el semanario «Marcha» (desde 1948), estuvo en proyectos editoriales de gran impacto público a fines de la década de 1960, como Capítulo Oriental, Enciclopedia Uruguaya y Nuestra Tierra.
El libro de Mallo, que comporta una nueva mirada sobre Real de Azúa, su modo de entender la realidad y sus aportes concretos, fue presentado el 29 de noviembre en uno de los salones de la FCS, desbordado por un público que provenía principalmente de la academia.
Intervinieron en el acto Heber Raviolo (principal de Banda Oriental, editorial que esta cumpliendo sus 50 años), Hugo Achugar (literato, que es hoy director nacional de Cultura), la senadora Lucía Topolansky (alumna de Real cuando en 1962 hizo los preparatorios en el IAVA), y Gerardo Caetano, historiador y actual coordinador del Observatorio Político de la Udelar. Tanto Raviolo como Achugar fueron discípulos de Real de Azúa, que en el Instituto de Profesores Artigas (IPA) fue docente de Estética Literaria (1952-1976), y de Literatura Iberoamericana y Rioplatense (1954-1967). Es recién en 1967 que se hace cargo de los cursos de ciencia política en la Facultad de Ciencias Económicas y Administración de la Udelar, donde fue destituido por la dictadura en 1974.
Achugar se refirió al estilo espontáneo y al «barroquismo del desborde», que singularizó a Real. Topolansky lo recordó como «bohemio». Caetano consideró como muy valioso el aporte de este libro y manifestó que seria importante la edición de toda la tesis de doctorado de Mallo, a quien definió como «argentina oriental». Según este académico, es imposible transitar por el mundo de las ciencias sociales sin estudiar a Real de Azúa, que era «observador participante, curioso, nunca rehuyó el compromiso, lector voraz, tartamudo, un poquito charlatán».
Repasó su itinerario político (inicialmente simpatizante de la falange española; después, nardonista; hasta que da un giro a la izquierda, y termina siendo uno de los impulsores del Frente Amplio), y el gesto de apertura que tuvo Carlos Quijano, que le abrió las páginas de «Marcha», haciendo que su pensamiento tuviera fuerte resonancia colectiva (en el momento de su clausura en 1974, «Marcha» vendía 50 mil ejemplares cada semana, según lo estimo el propio Quijano en su exilio mexicano).
Real de Azúa, que era abogado, escribió entre otros ensayos: «El Patriciado Uruguayo» (1961), «El impulso y su freno: tres décadas de batllismo» (1964), «Antología del Ensayo Uruguayo Contemporáneo» (1964, dos tomos), «Legitimidad, apoyo y poder político: ensayo de tipología» (1969), «Partidos, política y poder en el Uruguay: 1971″, «Uruguay, ¿una sociedad amortiguadora?» (1973).
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