MIGUEL SOLER
Miguel Soler, un referente para la pedagogía nacional, reiteró su condena y dolor ante la exhumación y posterior identificación de los restos del maestro Julio Castro, de quien era amigo personal. No obstante, a través de una declaración que se publica en la sección Cartas de esta edición Soler coincidió con quienes sostienen que más allá del macabro hallazgo, se trata de un hecho positivo en la lucha por verdad y justicia. De todos modos, advirtió que «el camino a recorrer será aun largo» ya que «son muchas las víctimas desaparecidas y todas tienen derecho a la misma luz» y señaló que en el caso de Castro «es poco lo que sabemos del proceso que llevó del secuestro a la tortura y de ésta al balazo asesino y a la sepultura clandestina». Soler indicó que, al cabo de poco más de tres décadas, se comprobó que «el terrorismo de Estado mata y miente» y que «los conjurados agravan, con su contumaz silencio y sus embustes, sus imprescriptibles delitos». Agregó que aquellos uniformados que persisten con su «silencio absoluto» y «cómplice» mantienen su «condición de cobardes asesinos» y su «mutua solidaridad los hace colectivamente culpables. A todos». «Su silencio está ocasionando un gran ruido al que quienes exigimos verdad y justicia no pondremos fin», añadió.
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