«Uruguay es la nación más racista del mundo entero», según ex diputado inglés

A partir de ahora convendría recordar el nombre del ex diputado inglés George Galloway, autor de la siguiente frase: «Uruguay es la nación más racista de todo el mundo entero».

Cuando todavía sigue como resto humeante la acusación francesa de ser nuestro país un «paraíso fiscal», un ex legislador inglés, George Galloway, irrumpe en la polémica de ribetes deportivos protagonizada por Luis Suárez y Patrice Evra asegurando que Uruguay «es la nación más racista de todo el mundo» y que la población de nuestro país «está conformada por blancos porque ellos aniquilaron físicamente a los nativos y se aseguraron que ningún esclavo liberado del resto de América pudiera establecerse en su país». Galloway hizo esta afirmación en la radio «Talksport», en el programa «The Week» cuando comentaba la polémica suscitada entre los dos deportistas.

Galloway llegó a reconocer que las palabras dichas por Suárez a Evra «no son consideradas racistas en Uruguay» porque los uruguayos «rutinariamente» abusamos de «la gente de color con epítetos racistas».

Desafiante, el ex diputado aseguró que «estuve en Uruguay y lo conozco, y el hecho de que el comentario no es racista en Uruguay no sirve como defensa en Inglaterra».

En la argumentación del ex parlamentario inglés cayó también el uruguayo Gustavo Poyet, actual entrenador de un equipo de fútbol inglés quien comentó que las palabras de Suárez no son racistas. Poyet sostuvo que Patrice Evra fue «llorando como un bebé» diciendo «miren lo que me ha dicho este».

Galloway confesó que «alguna consideración» le tenía a Poyet «pero déjenme decirles algo y espero me este escuchando el señor Poyet: Uruguay es la nación más racista de todo el mundo entero». Los supuestos «insultos racistas» ya excedieron lo deportivo. La Federación Inglesa de Football evalúa si las diferencias culturales entre nuestro país e Inglaterra pueden explicar el caso. El incidente se registró durante un partido entre el Liverpool y el Manchester United. El caso podría terminar con una sanción a Suárez.

Recientemente el presidente Mujica anunció que en 2012 se impulsará un proyecto de «discriminación positiva» para que «ningún joven afrodescendiente se quede sin enseñanza calificada». En Uruguay «los afrodescendientes participaron en las luchas por la Independencia» sostuvo. El antropólogo Daniel Vidart, en un reportaje concedido a LA REPÚBLICA recordó que el general Artigas «respetaba» a los negros, pero «admiraba a los charrúas». Y cuenta que una vez, para retribuir un regalo que le hiciera una de sus hijas, el general le envió un negro esclavo con la siguiente sugerencia: «Para que te cebe mate».

 

REFLEXIONAR

* El subsecretario  de Industrias, Edgardo Ortuño, dijo que el episodio que protagonizó Suárez «invita a reflexionar». «Confío en que Suárez dice la verdad, pero esto nos invita a reflexionar sobre la importancia de no hacer comentarios racistas. Siempre de estas cosas hay que sacar lo positivo. Hay que hacer campañas para evitar estas prácticas racistas que en el deporte son muy comunes. En el Baby Fútbol se da con frecuencia pero también a nivel profesional donde hay cosas que se escuchan desde la tribuna», dijo a Telemundo.

 

Un polémico

* Al ex diputado inglés George Galloway se lo puede rechazar o admirar con la misma intensidad. No hay término medio ni medias tintas en él. Galloway se ha opuesto desde el inicio a la invasión de Irak y acusó al ex primer ministro Tony Blair de colaboracionismo con Israel. Llegó a justificar los ataques de Hezbolá.

«Regreso a mi país, rejuvenecido, convencido de que el ejemplo de Cuba algún día se va a generalizar a todos los países del mundo», escribió luego de visitar la isla y de entrevistarse con las autoridades cubanas.

Galloway apoyó a Irak en la Guerra del Golfo y desde entonces estuvo en la mira del «establishment» inglés.

Firmó junto a Eduardo Galeano una carta de apoyo al presidente Hugo Chávez y una vez abandonó su labor legislativa para participar de un programa de «Gran Hermano».

«George, quédate en la casa del ‘Gran Hermano’ para que no hagas daño afuera. En realidad da igual, pues nunca vas a trabajar» le escribían sus detractores.