El consenso en el Codicen abre el camino al gran acuerdo nacional en Educación
El hecho estuvo en el centro de la agenda pública a lo largo de toda la semana. Visiones encontradas entre el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración de Educación Pública (ANEP), y uno de sus consejos desconcentrados (Educación Secundaria), en relación a un proyecto piloto (conocido como Promejora) a implementarse a partir del próximo año en solo 20 de los 3.000 centros educativos de la ANEP, tensó la relación interna en la cúpula del sistema, y llevó al presidente del Codicen, José Seoane a poner su renuncia a disposición del gobierno.
Los tres miembros del Consejo de Educación Secundaria, y el sindicato de los profesores de la enseñanza media no compartían «la orientación» y «la estrategia de implementación», de este Proyecto (Promejora), oportunamente presentado por el consejero del Codicen, Daniel Corbo, único de la oposición en ese ámbito de decisión.
Promejora no solo fue respaldado oportunamente por el Codicen (con el voto contrario de educadora Nora Castro, del FA), sino que integró el respectivo capítulo de la ley de presupuesto quinquenal, aprobada por el Parlamento. Era un hecho que en el primer tramo de 2012, empezaría a aplicarse en un universo inicialmente restringido: apenas tres escuelas y diecisiete centros de la educación media (secundaria y técnico-profesional). El objetivo buscado era, según su autor, el estímulo a la renovación, con un sistema de monitoreo y evaluación.
Corbo, su impulsor, es un político blanco de 57 años, que presidió Educación Secundaria durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle (1990-1995); fue diputado por Montevideo (1996-2000); consejero de la ANEP en la administración de Jorge Batlle (2000-2005), y director de Calidad Educativa de la Universidad de Montevideo, integrada a la influyente organización católica Opus Dei.
El lunes 14, el Promejora fue cuestionado, a través de un comunicado por las autoridades de Educación Secundaria. (Pilar Ubilla y Fernando Tomeo, del FA, y Daniel Guasco, electo por los docentes). Los jerarcas objetaban su enfoque general y los modos de implementación definidos. La oposición política, cuestionó estas aseveraciones y exigió al Codicen recurrir a todos los extremos posibles, para que imperara el principio de autoridad. Desde México, el presidente José Mujica consideró que el asunto debía dilucidarse en el interior de la ANEP antes del lunes 21, en que regresará a Montevideo.
En distintas áreas de gobierno, está todo preparado para que el 27 de noviembre tanto el Ministerio de Educación y Cultura, como la Universidad de la República y la ANEP, entreguen a Mujica una propuesta genérica de reforma educativa, que será posteriormente puesta a consideración de todos los partidos políticos. La idea consiste en romper con medio siglo de estancamiento, y llevar adelante un plan de transformaciones que revierta la actual situación. La ANEP gastó en 2010, 1.180 millones de dólares en su red de 3.000 locales escolares, de enseñanza secundaria y técnico-profesional, con una matrícula de 700 mil alumnos.
El martes 15, empezaron las conversaciones en el interior de la ANEP. Seoane, al ver lo delicado de la situación, ofreció su renuncia. Los contactos siguieron. Hubo marchas y contramarchas. El propio consejero Corbo intervino en el ajuste de redacción de Promejora. En la medianoche del viernes 18, se llegó finalmente a un acuerdo. La ANEP, optó por la política, como «arte de lo posible», buscando las coincidencias. La semana próxima se verá cuál es la fórmula alcanzada finalmente, y si habrá otros desenlaces. Dirigentes opositores dijeron que la salida estaba en destituir a los consejeros díscolos. (esto ha ocurrido en el pasado, en los Consejos de Educación Primaria y Técnico-Profesional).
«Las estadísticas oficiales indican una alta tasa de deserción y de repetición del ciclo primario, y que solamente el 36% de los alumnos completa el ciclo secundario. Asimismo el 12% de los jóvenes de 15 a 29 años, no estudia ni trabaja», señala una carta pública suscrita por conocidas figuras de la vida nacional, y dada a conocer el jueves 17. El documento que reclama «un acuerdo nacional», para enfrentar la actual problemática educativa, está firmado entre otros por José Arocena, Gerardo Caetano, Gerónimo De Sierra, Carlos Delpiazzo, Carlos Maggi, Esther Mancebo, Teresa Porzecanski, María Julia Muñoz, José Rilla, Oscar Sarlo, Ricardo Vilaró, Marcelo Viñar.
En la carta, los autores, muchos de los cuales tienen una prestigiosa trayectoria como docentes, subrayan varias causas que entrelazadas, están en los orígenes de la grave realidad educativa:
1) «un proceso de estancamiento en el sistema (…) en las pasadas cinco décadas, con consecuencias múltiples y no sencillas de revertir de manera integral a corto plazo»; 2) «un proceso de masificación de la enseñanza a nivel medio y terciario, que profundiza problemas de cobertura, y de calidad»; 3) «pese a este crecimiento explosivo (de la matrícula), las estructuras de gestión de nuestra enseñanza no se han modificado (y) la infraestructura edilicia se ha visto afectada de modo severo, ante la ausencia de respuestas flexibles»; 4) «el problema de deserción del sistema escolar nacional es particularmente dramático a nivel de los sectores más pobres de nuestra sociedad, de donde proviene casi el 50% de los niños de edad escolar».
El ansiado gran acuerdo nacional sobre la enseñanza empezaría a gestarse a partir de este lunes. Las cartas están echadas. Habrá presiones corporativas y batallas ideológicas planteadas, dada la variedad de actores intervinientes. Pero las urgencias son grandes. Y como dijo Mujica en México, «ahora más que nunca, hay que ponerse en lugar del gurí…».
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