Casi naufraga

Con votos sólo del FA, Diputados sancionó el impuesto a la concentración de tierras

El Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR) tiene desde ayer medio camino legislativo recorrido al ser aprobado cerca de la pasada medianoche con los exclusivos votos de la izquierda y el inquebrantable rechazo de la oposición. Pero para llegar a ese resultado hubo que escuchar más de ocho horas de explícitas acusaciones políticas, preocupantes denuncias de infidencias y temerarias bravuconadas, entre otras delicadezas parlamentarias.Asimismo, sobre las 23. 30 horas, el proyecto estuvo a punto de naufragar. El Frente Amplio solicitó un cuarto intermedio al votarse en forma negativa el proyecto por 49 votos en 78. Al cabo de 15 minutos, el FA consiguió los 50 votos necesarios con la presencia en sala del legislador que faltaba: Gustavo Rombis (del MPP) y pidió la rectificación de la votación, y por 50 votos en 83 se aprobó el proyecto. Cuando por momentos el debate se encauzaba en márgenes más o menos armoniosos, dejaba al descubierto la variedad de opiniones que a nivel del oficialismo existen sobre el contenido y la oportunidad del impuesto a la concentración de la tierra. Cuando eso afloraba pasaba a ser el néctar para blancos, independientes y colorados, que trataron de utilizarlo como argumento para desprestigiar al proyecto, al gobierno y al Frente Amplio. El diputado frentista Gonzalo Mujica, informante de la mayoría de esta iniciativa, dedicó parte de su intervención a desnudar que «han habido muchas críticas a este impuesto desde que se empezó a conocer» y muchas de ellas fueron «histéricas de derecha». Defendió el articulado señalando que no existe correlación entre la carga tributaria y el valor de la tierra sino sobre «el valor de los commodities y su valor en el futuro». Mujica insistió que la ley de ICIR «penalizará la tierra concentrada en pocas manos» y que su vigencia jurídica impulsará la desconcentración. «Nosotros peleamos y luchamos políticamente y dijimos que veníamos a profundizar los cambios y eso es precisamente lo que estamos haciendo con este proyecto», gritó. José Bayardi destacó que el impuesto nació en 2010, cuando se conformó una comisión integrada por los senadores Enrique Rubio, Ernesto Agazzi y Jorge Saravia, «para discutir tres capítulos vinculados a la tierra», y confió que el presidente José Mujica «tenía este tema en la cabeza desde hace mucho», tratando de desmentir una acusación hecha por el diputado colorado Germán Cardoso de que el proyecto de ICIR se propuso como respuesta a fricciones internas en la izquierda. Desde la oposición, el diputado José Carlos Cardoso calificó al impuesto de «errático e ineficaz para los fines que se propone». Aseguró que el gobierno en enero «se sentó con la empresa que más tierra concentra, unas 250 mil hectáreas, y acordó que ella no pague este impuesto», dijo en alusión a una nunca confirmada reunión mantenida con directivos de Montes del Plata. Manifestó que «el origen reivindicativo de los tupamaros es el que alimenta a este impuesto» y que «esto es el FA contra el FA en materia impositiva, porque hay dos ejes: uno que conduce Lorenzo y otro Frugoni». El colorado Germán Cardoso redundó con que el impuesto «no responde a otro factor que el ideológico» y que «surge hace más de 6 meses cuando naufragó el proyecto de Ley de Caducidad» y «obligando al ex guerrillero y ex tupamaro a responder a las barras duras», aludiendo al presidente.

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