«La relación con Argentina y la presidenta está bien», afirmó Mujica
«La relación con Argentina y la presidenta está bien», le dijo el presidente Mujica a LA REPÚBLICA, en un alto de la nutrida agenda que tuvo en suelo argentino. «Pero lo importante, más allá de quién gobierne, es la amistad que hay entre los dos pueblos, y los dos pueblos son más que hermanos. Ellos y su amistad quedan, los gobiernos van a pasar», había dicho apenas pisó Buenos Aires para referirse a la relación entre los dos países.
El mandatario llegó pasadas las 9 al aeropuerto metropolitano de Buenos Aires acompañado únicamente por su mujer, Lucía Topolansky, en un avión de Pluna. Desde allí se dirigió junto al embajador Guillermo Pomi y la cónsul general Lilián Alfaro a la localidad bonaerense de Campana (70 kilómetros al norte de Buenos Aires), donde participó junto a autoridades locales del descubrimiento de un monumento que homenajea la gesta artiguista, en la Plaza República Oriental del Uruguay, de la que Topolansky es madrina.
Tras desayunar junto a representantes del gobierno municipal y provincial (ver aparte), el Presidente se dirigió a una actividad con la colectividad uruguaya residente en la localidad, frente a la cual resaltó la figura de Artigas como aquel cuyo final a su vez «marcó el final de la pata popular de la revolución de mayo y la historiografía mitrista quiso ocultar luego» y llamó a reivindicar sus proyectos de reparto de tierras y protección de industrias.
Después fue a la Universidad de Lanús, en el sur bonaerense (a unos 20 kilómetros de Capital), donde recibió el título de Doctor Honoris Causa por su compromiso «con la integración latinoamericana», en una ceremonia en la que estuvo acompañado por el canciller argentino Héctor Timerman, el gobernador Daniel Scioli y el vicegobernador electo Gabriel Mariotto, además de autoridades locales y de la rectora de la casa de estudios, Ana Jaramillo.
Durante el discurso al recibir el diploma, el Presidente destacó la necesidad de que los países de la región «se unan para el mundo que viene, que será el mundo de los grandes bloques, como son ahora la comunidad europea o serán no dentro de mucho India y China», enfatizó.
Además, tras los dichos del presidente francés Nicolas Sarkozy, resaltó la importancia de que los países del bloque regional hagan causa común frente a los ataques del resto del mundo. «¿Quién de otro continente se va a poner del lado de Argentina en la cuestión Malvinas, o quién con Bolivia y Paraguay por su salida al mar?», preguntó retóricamente Mujica, para luego puntualizar sus críticas en «aquellos países de afuera que ahora que ya se industrializaron contaminando, le dicen a Brasil que el futuro del Amazonas es clave para la humanidad». Además, destacó su voluntad regional y de paz única al pedir que los problemas de la región «se arreglen adentro», sin pedirle ayuda a países de afuera.
«Uruguay es un barrio nomás en esta región, pero qué barrio; está en la mejor esquina, por la que todos quieren pasar», dijo el Presidente y llamó a ser «un Estado puente entre la pampa y la Amazonia, y no un Estado tapón».
Un millón de amigos
Al llegar a la Universidad, la rectora esperó a la comitiva con un asado («mucho más rico que el europeo», añadió entre risas Topolansky) y Malbec argentino. Tras el almuerzo, fueron llegando al despacho del primer piso el canciller Héctor Timerman, el gobernador Daniel Scioli, el intendente de Lanús, Darío Díaz Pérez, y el empresario Alejandro Bulgheroni, de excelente imagen en todo el arco político de Argentina. Casi todos, claro está, acompañados por sus asesores de prensa para retratar el momento junto a «Pepe», siempre tan querido en Argentina.
DATITOS
Superstar. Apenas terminaba de descubrir el monumento en la Plaza República del Uruguay cuando la caravana de seis autos y camioneta de la División especial de Infantería de la Policía Argentina se disponía a partir, pero el Presidente tardó mucho más de lo pensado en llegar a su auto: se sacó fotos con más de 100 uruguayos que lo fueron a esperar y lo trataron con cariño.
Millas. El viaje del Presidente, no por corto, dejó de ser largo: en el trayecto de Aeroparque a Campana, luego a Lanús y de ahí nuevamente al aeropuerto recorrió más de 300 kilómetros por las calles y autopistas porteñas. Solo en un tramo, frente al Obelisco, padeció los típicos embotellamientos porteños, para intranquilidad del personal de protocolo, que miraba sus relojes.
La patria o la tumba. La manía por el presidente Mujica y la integración política de los últimos años llevó a que varios funcionarios argentinos se aprendieran la letra del Himno uruguayo. En la primera fila del auditorio de la Universidad, se vio al presidente de la agencia estatal de noticias, Télam, entonando el Himno uruguayo, convencido de la firmeza de la integración.
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