Protesta antiminera a caballo y a pie  frente al Palacio

Por un minúsculo escenario montado al costado de la estatua de José Batlle y Ordóñez en la Plaza 1º de Mayo frente a la sede parlamentaria, desfilaron varios productores agropecuarios para dejar en claro su posición contraria a la prospección minera en general y de Aratirí en particular, y de los plantíos de eucaliptos para la elaboración de celulosa.

El acto fue vertiginoso en su desarrollo aunque no por ello poco contundente en sus posiciones.

Calificaron varias veces al gobierno de «traicionar» el «legado artiguista» y de «ceder» ante las pretensiones de «los grandes grupos empresariales internacionales que han venido a robar nuestra agua y nuestra tierra».

Entre la gente que asistió al acto no pudo verse más que al legislador del Partido Nacional por el departamento de Treinta y Tres, Mario Silvera que, concluida la lectura de la proclama, se acercó a saludar a los organizadores. Cerca de ellos estaba la activista radical de izquierda Irma Leites. Antes, en una concentración que realizaron en el Obelisco, los acompañó el senador blanco Jorge Saravia. Antes de comenzar el acto en sí mismo, los 100 jinetes rodearon lentamente el Palacio Legislativo, en donde en ese momento estaba sesionando la Cámara de Diputados debatiendo el proyecto del plan habitacional «Juntos».

Portaban banderas artiguistas y uruguayas, más que nada, y algún cartel que identificaba el lugar de donde provenía el que la sostenía. «Quinta sección de Treinta y Tres», «Vichadero presente» o «Cerro Largo no se rinde» eran algunas de las señales que se confundían con leyendas de tenor más reivindicativo como por ejemplo «No a la minería a cielo abierto», «fuera Aratirí» o «Uruguay no se vende».

Improvisados saludos dieron comienzo a la parte oratoria del acto que se cerró con la lectura de una extensa proclama (ver recuadro).

La mayoría de los que hicieron uso de la palabra aludían a las consecuencias que aseguraban «perjudiciales» para la salud humana, animal y para el ambiente, que ya les estaba generando la incipiente prospección minera en general y la de Valentines, en particular.

Denunciaron además el uso de agrotóxicos en la producción de soja y el «envenenamiento de las aguas» por el uso de cianuro en la minería de oro a cargo de la empresa «San Gregorio», en Minas de Corrales. El acto se cerró con una caballada en torno al Palacio Legislativo pero esta segunda vez fue al galope y con gritos hacia el sistema político.

 

«MARGINAR A  LA JUSTICIA»

* La proclama central fue leída por el periodista Francisco Denis de radio Difusora 33.

Dijo que en los últimos 25 años los gobiernos han firmado tratados de inversiones para «eximir de impuestos a los capitales del primer mundo, cederles puertos privados, zonas francas y marginar a la Justicia uruguaya de la resolución de los conflictos».

El activista medioambiental Víctor Bacchetta acusó al gobierno de implantar en el país «proyectos de minería que ponen en cuestión las formas tradicionales de producción y el ecosistema».

Aseguró que la explotación minera «no es compatible» con la producción nacional y destacó que las empresas tienen intenciones de «venir y sacar el mayor volumen de minerales en el menor plazo posible» provocando una «herencia ambiental tremenda».

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