«Soñamos que algún día EEUU sea un hermano verdadero en la lucha contra la miseria y discriminación”
Minutos después de la hora 10:00 (hora local), el Presidente Mujica hizo uso de la palabra en la cumbre de Cartagena. Sostuvo que la única guerra que se justifica es contra la miseria y el despilfarro, reivindicó la presencia de Cuba en el foro, la necesidad de la unión de los países más débiles, y sostuvo que el reclamo por Malvinas se justifica “por sentido de pertenencia”, porque “la libertad sin soberanía no sirve”, afirmó.
El Presidente de la República sostuvo que “la de hoy es la lucha por la paz. En el sentido más profundo del término. La única guerra que se justifica acá es contra la pobreza, contra la ignorancia, la injusticia, contra el peligroso despilfarro que obliga a que para que una persona pueda comer necesite 6 o 7 mil litros de agua para producir su comida diaria”.
También reivindicó la presencia de Cuba en el foro: “Estamos ante un desafío civilizatorio. Por estas cosas queremos que la bandera de la estrella solitaria esté con nosotros, es parte de nosotros, de nuestro dolor”. Agregó que “toda nuestra historia es un grito de dolor. Por eso necesitamos que se entiendan estas cosas. Es parte de un ser que se está conformando. Porque muy particularmente los latinoamericanos cada vez tenemos más conciencia que pertenecemos a una patria común”.
En ese sentido, el jefe de Estado sostuvo: “Quiero señalar además que por republicanos, no agredimos a nadie. No creemos en el mundo de la agresión. Y lo dice un hombre que cuando joven quiso transformar el mundo y se puso ´una 45´ en la cintura. Algún derecho a hablar tenemos. Se puede construir directamente en el camino de la paz, en los pequeños escalones que suben ejercer efectivamente la solidaridad creciente con nuestra gente. Nos sentimos hermanos de todos los doloridos del mundo”.
“No solo es un nuevo mundo. Es un mundo distinto. Tenemos que aprender de los errores del viejo mundo y en todo caso, cometer los nuestros”, indicó.
Mujica abogó por la necesidad de la unión de los países más débiles: “Sabemos que tenemos problemas por todas partes y sabemos que en el mundo que nos toca vivir no hay lugar para los débiles. Por lo tanto, los débiles tienen la necesidad histórica de juntarse o seguirán siendo cada vez más débiles. Por eso queremos la soberanía de nuestros territorios. Porque la libertad sin soberanía no sirve. La libertad de las naciones es el ejercicio de su soberanía, el ejercicio de su tolerancia para lo que es distinto”.
En referencia a la soberanía de Islas Malvinas, Mujica expresó: “No reclamamos las Malvinas por ofender la historia de Gran Bretaña o por ofender a nadie. Lo reclamamos porque tenemos un sentido de pertenencia”.
Tras reseñar en tono anecdótico la historia de vínculos entre el antiguo Montevideo base colonial española y las Malvinas, manifestó: “Hay una larga historia. Nosotros reconocemos la realidad. Apenas queremos empezar a convivir en un plano de igualdad con ese pueblo que ha surgido, que es parte de nuestra América y que no queremos regalar a la Armada de ningún país. Lo decimos con humildad y respeto. Sabemos que estamos en una coyuntura en la que no podemos pedir lo que no nos van a dar, pero por lo menos tenemos que decirlo”.
En ese sentido, agregó: “Van a pasar muchas décadas, mucho tiempo. Tenemos todo el tiempo de las generaciones que vendrán, pero estas son causas innegociables, causas de nuestra propia esencia”.
Por último, el mandatario destacó la presencia de Estados Unidos en la Cumbre: “No sé cuándo será la próxima cumbre. Nunca se deben hacer Cumbres muy cerca de los procesos electorales de los países más dramáticamente importantes. Esto es algo que hay que empezar a reconocer por el peso terrible que tienen en todos nosotros las diputas de carácter interno. Nosotros valoramos enormemente la presencia del Presidente de Estados Unidos. Se lo agradecemos y reconocemos, con altura y dignidad. Hay que venir a recibir la posición de treinta y pico y lo felicitamos por el coraje. Soñamos que algún día semejante país sea un hermano verdadero de la lucha contra la miseria, contra la discriminación”.
Tras la alocución del Presidente Mujica, las presidentas de Argentina, Cristina Fernández, y de Brasil, Dilma Rousseff, se acercaron a saludarlo visiblemente emocionadas.
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