Mujica debe jugar sus mejores cartas para que los docentes acepten la reforma educativa
La semana pasada el Presidente Mujica firmó con los líderes de los cuatro partidos políticos un pacto que apuntó directamente a las estructuras de mando: se acordó un doble voto para el Presidente del Codicen, de ANEP, y de los centros desconcentrados, con lo cual se fortificó el poder político en las decisiones sobre el poder que mantenía la representación docente y gremial.
Otras decisiones del pacto, versaron sobre la creación de la Universidad Tecnológica y la autonomía de mayor rango para los centros de educación, pero éstos aspectos no están en juego en la negociación con los sindicalistas.
Lo importante, para que un plan de reforma pueda salir adelante, es que sus ejecutores, los docentes de primera línea en las aulas, estén de acuerdo y motivados para alcanzar resultados.
Acuerdo difícil
Sin embargo todo pasa por la acera de enfrente: los educadores no están de acuerdo con el plan, ya que lo consideran una simple variante del Pro-Mejora, al que rechazaron, y además exigen algún incentivo, de corte salarial, para llevar adelante el proyecto.
Los representantes de los gremios de la educación concurren esta tarde a la residencia presidencial de Suárez y Reyes, para analizar el tema con Mujica.
Como anticipo, el secretario general de la Federación Uruguaya de Profesores de Enseñanza Secundaria, (Fenapes), dijo a El País: “queremos ser parte de ese acuerdo desde el comienzo y no vamos a aceptar que se nos tome como meros instrumentos que ejecuten un acuerdo que definan otros”.
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