Caso Mugica: detonante

El Parlamento unificará leyes de pensiones graciables y establecerá reglas iguales para todos

Mugica, campeón de América y el Mundo, con Nacional, como jugador y como director técnico, jugó con la celeste en el Mundial del 70´. Anteriormente había sido campeón de la Copa América en 1967.

La solicitud de la pensión (menos de $9.000) no parece significar un esfuerzo para el erario público, pero si lo es el antecedente, en tanto decenas de jugadores actualmente en actividad, podrían llegar a acogerse a similares beneficios en el futuro. También se abrió una suerte de caja de Pandora: U$S 2 millones gasta anualmente el erario público en pensiones graciables. Legisladores y gobernantes, estudian como cambiar el actual sistema.

A sus 68 años, Juan Martín Mugica, que conmovió a todos los uruguayos en  la Copa América de 1967 y después en el Mundial de México 1970, entre otros logros, vive en un estado límite: “Como campeón sudamericano tengo el derecho a recibir una pensión”, afirma.

Y es que Mugica pertenece a una de las últimas generaciones de “cracks”, de “estrellas”, que en su momento no lograban lo que hoy, cualquier bien dotado para el fútbol, alcanza antes que muchas cosas: el dinero. 

El fenómeno no es nuevo en absoluto: los “héroes” de Maracaná murieron casi todos en pobreza o al menos con estrecheces que no merecían. 17 años después de la gesta heroica, recién el Estado “se acordó”, votándoles por Ley, unos $5.000 al mes. Posteriormente el beneficio se extendería a otros héroes –los de Colombes y Amsterdam- pero ya estaban casi todos muertos.

En 1989, se abrió por primera vez a otro deporte: Andrés Iraizoz “Andrucco” campeón mundial de pelota vasca, en 1955, recibiría ínfima compensación casi 40 años después de su hazaña.

La Ley alcanzó en 2005 a todos los medallistas olimpicos del país, a los que se concedió cinco salarios mínimos, unos 35.000 pesos, pero varios de los beneficiarios ya habían muerto.

Así las cosas, el Parlamento deberá ahora debatir el tema, más allá de Mugica.

Las diferencias en otras áreas son marcadas y carecen de fundamento lógico: la actriz Beatriz Massons, jubilada, viviendo en Pocitos y con escuela de teatro propia, tiene una pensión “porque tenía muchas deudas”. Nancy de Vita, cantante popular de renombre, perdió hasta su casa por deudas, pero le negaron la pensión. Las dos pertenecen a partidos políticos diferentes.

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