«Rehenes de un conflicto ajeno»
Comunicado oficial de AETINAPE, la Asociación Española de Titulados Náuticos Pesqueros
«La hipocresía internacional vuelve a descerrajar toda su ira contra el eslabón más débil de la cadena al vetar los puertos sudamericanos a los pescadores españoles gracias a un acuerdo de Mercosur.
Si la pasada semana fue la hipócrita defensa de la República Saharahui por el Parlamento Europeo para liquidar el acuerdo pesquero con Marruecos, mientras se sostiene política y económicamente al gobierno marroquí por la UE, en este caso se trata de una acción argentina sobre los barcos, mientras las grandes empresas españolas y europeas de obra civil, telecomunicaciones y petroleras, entre otras, realizan beneficiosos negocios en ese país, positivos para ambas partes.
Argentina y el conjunto de los países de Mercosur mantienen acuerdos económicos preferentes con la UE, lo que le reporta importantes ventajas arancelarias en sus exportaciones a los mercados comunitarios, sobre todo productos pesqueros.
Los problemas de soberanía de las Islas Malvinas, deben dirimirse en el marco de las Naciones Unidas, y como es conocido, la República Argentina no ha obtenido hasta la fecha ningún éxito diplomático real en torno a sus aspiraciones, por lo que no pueden reflejarse contra la flota de bandera de Malvinas, con empresas mixtas de capital y tripulación española, cuya única vinculación con la corona británica es la pertenencia común a la UE.
Por tanto, ha de ser la estructura europea la que establezca el diálogo con Argentina, para conminarla a abandonar una postura injusta sobre buques no británicos que además portan la bandera que legalmente corresponde a Malvinas según el orden jurídico internacional, por muy injusto que pueda parecer.
En los caladeros del Atlántico SW, incluidos los de las Islas Malvinas, Sandwich del Sur y Georgias del Sur, faena la flota congeladora de pabellón español y los buques de empresas mixtas con capital de nuestro país, de acuerdo a la legalidad y al Derecho Marítimo Internacional, y que genera miles de empleos directos e indirectos.
Será el nuevo gobierno español el que deba exigir a la UE que se adopten tantas medidas de presión sobre los países de Mercosur como sean necesarias para garantizar que las Malvinas puedan resultar operativas, al margen de las disputas de soberanía entre dos países.»
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