Mujica firma fuerte declaración personal

«Cuando por pegarle al gobierno, se siembra pasión antiargentina, se va contra los intereses del Uruguay»

«Principios e intereses cimentan la política exterior del Uruguay hoy, no deberían separarse los unos de los otros para medir la realidad. En materia de principios, el de solidaridad continental con raíces históricas es uno de los más importantes. En UNASUR y MERCOSUR reiteradamente hemos apoyado las reivindicaciones de Argentina en cuanto al archipiélago de las Malvinas. Ello implica por el momento considerar de hecho a ese territorio como una posición colonial inglesa en nuestra América, y en consecuencia, no puede reconocerse su bandera.

El Uruguay permite recalar en sus puertos a naves inglesas o con cualquier otra bandera reconocida por las Naciones Unidas cuyo destino puede ser Islas Malvinas. No autoriza, en cambio, recalar naves militares inglesas con destino Malvinas y esto lo hace por razones de solidaridad libérrima con Argentina.

El gobierno uruguayo no compartirá nunca la idea de bloqueo marítimo o económico a los pobladores de Malvinas porque entiende que ello es nocivo, violatorio de derechos humanos y contrario a crear condiciones de negociación pacifica, único camino para saldar este diferendo histórico. Hasta acá, razones de principio que nunca deberían considerarse aisladas de los intereses económicos y geopolíticos. Estos, hoy nos dicen que el turismo argentino aporta unos 1.500 millones de dólares anuales. La inversión inmobiliaria es cuantiosa, la más importante de inversión extranjera y un acicate para la industria de la construcción. La inversión agrícola significó la revolución de los granos y de la siembra directa, hoy primer renglón de exportación. El intercambio comercial crece a pesar de los obstáculos y supone venta de valor agregado. El país pierde 800 millones de dólares anualmente pero los recupera largamente con los servicios.

La historia política del Uruguay enseña que cada vez que las relaciones con Argentina se agriaron, la economía y el trabajo se perjudicaron enormemente. Esa historia enseña que con simples medidas administrativas la Nación Argentina nos puede perjudicar enormemente, y estos asuntos nunca se resolvieron con protestas airadas o enfrentamientos. El camino práctico que dio resultados contabilizables en la economía y en el trabajo fue la negociación, en el marco de buen vecino. 

Recordemos los conflictos con Perón. Recordemos las negociaciones por el Tratado del Río de la Plata. Recordemos el costo para Uruguay del puente cerrado. Sumemos la cantidad de cosas pendientes que durante largos años fueron pospuestas y que  hoy se están resolviendo. Sumemos la eventualidad de Tratados recíprocos de información que hoy estamos discutiendo. Apenas señalados estos asuntos, evidencian la importancia estratégica que merece  una táctica fina y pensada.

Puede percibirse en nuestro país cierta animosidad política opositora, es comprensible, pero es claro que, cuando por pegarle al gobierno, se siembra pasión antiargentina, chovinista, va en los hechos, contra los más evidentes intereses de nuestra economía  y contra el trabajo de miles de uruguayos. 

El gobierno no vende soberanía, resuelve a favor del turismo, del trabajo de la construcción, del comercio bilateral, de la producción nacional, de la logística. El gobierno también piensa en miles y miles de compatriotas que viven sin discriminación en la República Argentina. 

No tenemos nada contra Inglaterra, tenemos sí mucho a favor de nuestros vecinos y sobre todo de nuestro pueblo trabajador».

José Mujica

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