¿Qué pasa cuando creyentes de la ouija juegan con los ojos vendados?

En la primera prueba, el experto en lo paranormal Mark Edward, ayuda a un grupo de personas a jugar. La primera pregunta la realiza una joven: ¿Estás feliz, abuelo? El indicador parece moverse por sí solo hasta formar la palabra «sí», en inglés.

Luego, Edward les da a todos unas ventas para los ojos y el juego toma un giro inesperado cuando «los espíritus» no logran acertar una sola palabra

Un juego nada nuevo

Desde la década de 1890, las personas han confiado en la tabla ouija para supuestamente comunicarse con los espíritus de los difuntos.

El 28 de mayo de 1890 apareció la primera patente declarando al estadounidense Elijah Jefferson Bond como su inventor, y a William H. A. Maupin y Charles W. Kennard como titulares de la obra. No está claro si Bond o los titulares inventaron realmente algo o simplemente patentaron una de las muchas planchettes o «tablas parlantes» para comunicarse con los espíritus que circulaban por Europa y Estados Unidos.

No es la primera vez que se realizan experimentos sobre la veracidad de esta supuesta herramienta paranormal. En un experimento realizado por el profesor Larry Bayou, en el cual los participantes no veían las letras que señalaban, no se formó ni una sola palabra coherente en el tiempo que duró la prueba. Esto demostraría que son los participantes quienes realmente crean las palabras (ya sea de manera voluntaria o inconsciente), y que por lo tanto necesitan ver el tablero.