El hombre que se batió a duelo con Allende y persiguió a Pinochet
Santiago, AFP
El ex senador y diplomático Raúl Rettig, cuya muerte provocó tres días de duelo nacional en Chile, quedó en la historia reciente de su país por su búsqueda de la verdad sobre las violaciones a los derechos humanos que dejó la dictadura de Augusto Pinochet.
Rettig, que murió el domingo a los 90 años en su residencia de Santiago, encabezó la Comisión de Verdad y Reconciliación, formada por juristas e intelectuales de distintas corrientes, que investigó esas denuncias a partir de la restauración de la democracia, en marzo de 1990.
Durante 11 meses, la comisión entrevistó a testigos, escuchó a civiles y militares, y en febrero de 1991 emitió el «Informe Rettig», que estableció la muerte o desaparición de más de 3.000 víctimas del régimen de Pinochet, entre 1973 y 1990.
«No conservo ninguna esperanza de que se encuentren con vida», dijo Rettig, el 13 de agosto de 1995, al referirse a más de un millar de presos políticos desaparecidos.
Viudo y padre de una hija, el ex líder político del Partido Radical (socialdemócrata) no conoció a su madre, que murió cuando él nació en Temuco, 600 km al sur de Santiago, el 26 de mayo de 1909.
Abogado y profesor, considerado uno de los más brillantes oradores del Parlamento chileno, Rettig llegó al Senado en 1949, donde tres años después protagonizó otro capítulo que también quedó grabado en la historia: su duelo a tiros con el senador socialista Salvador Allende. La chispa del último duelo caballeresco –porque la historia posterior no registra nigún otro– se encendió en una sesión del Senado a fines de julio de 1952, cuando Allende calificó de «tránsfuga» al senador radical.
«Es otra canallada de Su Señoría. ¿La podría repetir afuera?», dijo Rettig, con su característico tono pausado y cortés.
«Aquí y en cualquier parte», replicó Allende, tras lo cual quedó sellado el desafío, en el que ambos legisladores designaron sus padrinos y, pistola en mano, se encontraron en un sitio de las afueras de Santiago, la madrugada del 6 de agosto de 1952, según recuerda el cronista Hernán Millas, entonces reportero de la revista Ercilla.
«Fue una estupidez. Yo era muy amigo de Allende y después volví a serlo», escribió Rettig en sus memorias, al evocar el enfrentamiento en el que ambos dispararon, pero no se hirieron.
Cuando Allende fue electo presidente, el 4 de setiembre de 1970, designó a su amigo Raúl Rettig embajador en Brasil, cargo que desempeñó hasta el cruento golpe militar que encabezó Pinochet y culminó con la muerte del mandatario socialista. Retirado de la vida política, Rettig asumió la presidencia del gremio de los abogados en 1985 y cinco años después, en abril de 1990, el presidente Patricio Aylwin le encomendó la tarea de dirigir la Comisión de Verdad y Reconciliación.
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