"Unión fiscal" para salvar eurozona
Las declaraciones de Merkel potencian los llamamientos hechos la víspera por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, a una «refundación» de Europa con nuevos tratados que impongan «más disciplina, más solidaridad y más responsabilidad mediante un verdadero gobierno económico».
De hecho, los dirigentes de las dos mayores economías de la eurozona se verán el lunes en París, para coordinar las posiciones que llevarán a la cumbre de la próxima semana en Bruselas.
Por su lado, el primer ministro británico, David Cameron, mantuvo ayer viernes en París una reunión con Sarkozy dedicada a la crisis de la deuda en la eurozona.
Cameron se mostró resignado a la idea de que los tratados europeos deberán ser modificados. «Si deben cambiarse los tratados, nos aseguraremos de proteger los intereses británicos», sostuvo Cameron al cabo del encuentro con el presidente francés.
Horas antes, la canciller alemana, en una intervención ante el Bundestag (cámara baja del Parlamento), destacó que ya se han hecho avances para evitar futuras crisis, pero que aún quedaba mucho por hacer.
«No solo estamos hablando de unión presupuestaria, sino que estamos empezando a crearla», aseguró, precisando que se trataría de una «unión presupuestaria con reglas estrictas, al menos para la eurozona», formada por 17 de los 27 países que integran la Unión Europea (UE). «El elemento central» de esta «unión de la estabilidad» será «un nuevo tope de endeudamiento europeo», agregó, e insistió en su firme intención de convencer a sus socios de la necesidad de cambiar los tratados para poder introducir más disciplina presupuestaria.
«No hay más alternativa que un cambio de los tratados», recalcó.
Merkel volvió a rechazar por otro lado la alternativa de emitir «eurobonos» para frenar el contagio de la crisis.
«Quien no entienda que los eurobonos no pueden ser la solución de la crisis no ha comprendido nada de la naturaleza del problema», sostuvo.
La crisis ya obligó a rescatar financieramente a tres países europeos -Grecia, Portugal e Irlanda- y a operar severos ajustes presupuestarios que causan un creciente malestar social.
Todas las expectativas están centradas ahora en la cumbre de la UE, el 8 y 9 de diciembre, otra de las numerosas reuniones calificadas de «decisivas» pero hasta ahora impotentes para resolver la crisis.
«Tampoco esta vez habrá un gran paso hacia la liberación», comentaban el viernes, escépticos, los analistas de Commerzbank.
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