La NASA busca vida en Marte
El explorador espacial estadounidense Curiosity despegó ayer sábado para realizar un viaje de casi nueve meses a Marte, en busca de señales de vida en el planeta rojo.
El vehículo robotizado, el mayor que se ha construido nunca con un costo de 2.500 millones de dólares, despegó con éxito de Cabo Cañaveral (Florida, sureste) a las 10.02 horas locales impulsado por un cohete Atlas V.
«Despegue del Atlas V con Curiosity, buscando señales del rompecabezas planetario sobre la vida en Marte», dijo el comentarista de la NASA, George Diller, cuando el cohete blanco se elevaba en el cielo de Florida hacia el espacio.
Si el proyecto avanza como está planeado, el Curiosity, también denominado Laboratorio Científico de Marte (MSL por sus siglas en inglés), aterrizará dentro de nueve meses, el 5 de agosto de 2012, y será capaz de enviar informes a los científicos sobre sus hallazgos sin traer físicamente las muestras de roca a la Tierra.
«Es el vehículo soñado por un científico que estudia Marte», declaró antes del lanzamiento Ashwin Vasavada, encargada científica adjunta del proyecto MSL del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. «Equivale a tener virtualmente más de 200 investigadores explorando este planeta», añadió.
Curiosity es un aparato de elite de seis ruedas y una tonelada de peso propulsado por combustible nuclear, -el más grande y sofisticado vehículo robotizado que se haya construido para explorar Marte-, y tiene como misión identificar los lugares donde pudo existir, o todavía existe, vida en el planeta rojo.
Para hacer esto, el dispositivo del tamaño de un vehículo utilitario, equipado con un brazo robótico, cuenta con un perforador y una serie de 10 instrumentos científicos que incluyen dos videocámaras de color, un rayo láser capaz de destruir rocas, y una caja de herramientas para analizar su formación.
Muchos de estos instrumentos escrutarán el entorno marciano para detectar, sobre todo, la existencia de moléculas de metano, un gas a menudo asociado a la presencia de vida en la Tierra y ya detectado en Marte por anteriores sondas estadounidenses.
La NASA ve a Curiosity como un punto medio en el largo camino de descubrimiento del planeta, que podría culminar con una misión de exploración humana en 2030.
La exploración de Marte por parte de la NASA comenzó en 1976 con el aterrizaje del vehículo espacial Viking y ha continuado, más recientemente, con los vehículos robotizados Spirit y Opportunity que comenzaron a recorrer la superficie marciana en 2004.
Cualquier pista que Curiosity pueda enviar sobre la habitabilidad del planeta situado en cuarto lugar de distancia del Sol, y sobre los niveles de radiación que existen allí, será de vital importancia para la NASA y las futuras misiones de exploración.
El lugar donde aterrizará el vehículo será el cráter de Gale, cerca del ecuador marciano donde las temperaturas oscilan entre menos 90 y 0 grados, elegido porque contiene cinco kilómetros de altas montañas y porque se cree que alberga bajas capas de sedimentos y de arcillas que podrían haber contenido agua, y por tanto, vida.
«Estamos, básicamente, leyendo la historia de la evolución ambiental en Marte», señaló previo al lanzamiento John Grotzinger, encargado de proyecto del Laboratorio Científico de Marte en el Instituto de Tecnología de California (suroeste).
En la Tierra, la vida microbial existe en todos los lugares donde hay agua, así que los científicos esperan que lo mismo suceda en Marte y que puedan hallar, más que pistas de que la vida existió, signos de que la vida microbial todavía existe.
«Va a buscar sitios habitables ya sea en el pasado o potencialmente en el futuro o presente», dijo Mary Voytek, directora del programa de Astrobiología de la NASA.
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