Fracaso de "supercomisión"
El fracaso de la «supercomisión» presupuestaria encargada de proponer reducciones al déficit en Estados Unidos, indicio del estancamiento político en Washington, deja al gobierno a la espera del veredicto de dos de las tres grandes agencias calificadoras, Moody’s y Fitch.
De las tres grandes agencias, Standard and Poor’s fue la primera en reaccionar. El lunes la agencia mantuvo sin cambios su nota sobre el riesgo de la deuda estadounidense, en «AA+» (la segunda calificación más alta), manteniendo la perspectiva «negativa». Las divergencias entre los demócratas y los republicanos provocaron que Standard and Poor’s bajara la nota de Estados Unidos el 6 de agosto, un hecho histórico que lo hizo perder la «AAA».
La reacción de las otras dos agencias, Moody’s y Fitch, parece más difícil de prever. ¿Confirmarán, tal y como lo hicieron en agosto, que Estados Unidos ofrece un riesgo mínimo a sus acreedores? ¿O también van a rebajar la nota de la deuda?
El recorte de 1,2 billones de dólares impuesto de forma automática ante la falta de un acuerdo en la «supercomisión» es en principio una protección contra una eventual rebaja de la nota. Para Nigel Gault, analista de IHS Global Insight, «las agencias de calificación podrían abstenerse de un ataque. No es que estas crean necesariamente que estos recortes tendrán lugar, simplemente que prevén que un plan equivalente será acordado en su reemplazo. Moody’s es considerada, en primera instancia, la más susceptible de rebajar la nota. El 2 de agosto, el día en que el Congreso acordó aumentar el límite de la deuda, evitando una moratoria, esta agencia ya había cambiado la perspectiva de la deuda a «negativa» desde un pronóstico «estable».
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