Se nos fue Danielle Mitterrand, «la Pasionaria francesa»

Danielle Mitterrand, ex primera dama de Francia y compañera de vida de Francois Mitterrand, resistente en la Segunda Guerra Mundial que encarnaría la defensa de las causas del Tercer Mundo, murió ayer martes de madrugada en París a los 87 años de edad.

Recordada como una «mujer combativa», como una «mujer comprometida, recta», defensora de los «desheredados, de los excluidos del planeta» y «militante incansable de los derechos humanos», Danielle Miterrand, ingresada en setiembre debido a una insuficiencia respiratoria en el hospital Georges Pompidou de París, se apagó a las dos de la madrugada, según sus allegados.

Colocada en «coma artificial» desde el pasado viernes, Danielle Mitterrand, más delgada que de costumbre en los últimos años, trataba de seguir adelante con su militancia con el mismo convencimiento con el que participó en la Resistencia a la ocupación nazi, defendió la lucha de los rebeldes kurdos, la Cuba de Fidel Castro, la rebelión zapatista del subcomandante Marcos en México, la Bolivia de Evo Morales, las reivindicaciones de los mapuches chilenos y los movimientos altermundialistas.

Para llevar adelante sus campañas de apoyo a las causas tercermundistas, Danielle Mitterrand crearía en 1986 su Fundación France Libertés, cinco años después de llegar al Elíseo del brazo del presidente Francois Mitterrand (1981-1995) como primera dama de Francia, criticada varias veces por su activo papel militante.

Más a la izquierda que su marido, Danielle Mitterrand no dudaría en mayo de 1995 en abrazar delante de los medios de comunicación en las escalinatas del palacio presidencial al entonces presidente cubano, Fidel Castro, en visita oficial a Francia.

«La expropiación de compañías estadounidenses no me desagradó», había dicho años antes Danielle Emiliene Isabelle Gouze, nacida el 29 de octubre de 1924 en Verdún (este del país), quien en su adolescencia se sumaría a la Resistencia francesa contra la ocupación nazi donde conocería al hombre de su vida, y a quien acompañaría hasta su muerte, el 8 de enero de 1996, pese a la existencia de otra mujer y de una hija largo tiempo ocultada a la opinión pública.

«Toda su vida acompañó, en las pruebas como en las victorias históricas, el recorrido político fuera de lo común de su marido, el presidente Francois Mitterrand», recordaba este martes en un comunicado el actual mandatario francés, Nicolas Sarkozy, quien saludó el «recorrido ejemplar de una mujer que nunca abdicó de sus valores y llevó hasta el final los combates que consideraba justos». La izquierda rindió homenaje de forma unánime a quien algunos consideraban la ‘Pasionaria francesa’. François Hollande, candidato a las elecciones de 2012 y que podría convertirse en el segundo presidente socialista de Francia después de Mitterrand, expresó su «admiración por esta gran dama» y subrayó la «gran influencia moral» de Danielle Mitterrand, que terminó su vida «como una militante» luchando por el acceso universal al agua.

 

«Una  figura de la  izquierda

* «Su partida marca una ruptura con toda una etapa», recordaba otro de los grandes amigos del matrimonio Mitterrand y ex ministro de Cultura de la época, Jack Lang. Considerada «una figura eminente de la memoria y de la identidad de la izquierda» por el alcalde socialista de París, Bertrand Delanoe, Danielle Mitterrand se había alejado, sin embargo, en los últimos años del PS porque, según ella, sus dirigentes ya no representaban «la fibra socialista».

Dirigiéndose a los «nuevos resistentes al orden neoliberal», Danielle Mitterrand aspiraba a un «mundo en el que cada uno encuentre su vida de libertad y de acción» con miras a la «indispensable metamorfosis de la sociedad humana hacia una nueva civilización», recordaba este martes France Libertés en su página de Internet.

Las convicciones que guiaron la vida de Danielle Mitterrand, plasmadas en una decena de libros, entre ellos su éxito de ventas «En toute liberté» (En total libertad) tuvieron eco en diversas ONG, como la francesa ATTAC, que este martes se comprometió «a seguir adelante el combate que ella encarnaba como mujer libre, atenta, sensible e inflexible. Gracias Danielle».