Prueba de fuego para Justicia libia
«Abdalá al Senusi fue detenido en la región de Al Guira, en el sur del país», declaró a la AFP un alto funcionario del CNT que solicitó el anonimato, aunque sin precisar la fecha o las circunstancias del arresto. Esta detención se suma a la ocurrida en la noche del viernes al sábado, cuando las nuevas autoridades libias detuvieron a Saif al Islam Kadafi, hijo del depuesto mandatario.
El ministro de Justicia en el Consejo Nacional de Transición (CNT), Mohammed al Allagui afirmó que quiere que «el proceso de Saif al Islam se lleve a cabo en Libia, pues la Justicia libia es la regla y la Justicia internacional la excepción», declaró a la AFP Allagui.
«Disponemos de las garantías necesarias para un proceso justo, en particular después de la enmienda de una ley que garantiza la independencia de la Justicia con respecto al ejecutivo», afirmó. Saif al Islam, de 39 años, que durante un tiempo fue presentado como el eventual sucesor de su padre, era objeto de un mandato de detención de la Corte Penal Internacional (CPI), sospechoso de crímenes contra la humanidad cometidos en el marco de la represión de la revuelta que culminó con la caída del gobierno dirigido por su padre. El sábado en la noche, la CPI indicó que Libia tenía la obligación de entregarle el acusado, pero sin excluir la posibilidad de que el proceso se llevara a cabo en su país.
Interrogado sobre la posibilidad de que la CPI insista en juzgar a Saif al Islam, Allagui respondió: «Nos pondremos de acuerdo (con la CPI), en conformidad con las leyes vigentes».
Desde que se anunció el arresto del hijo más conocido de Muamar Kadafi, las autoridades libias habían dejado entender que deseaban juzgarlo en Libia, pero declarándose dispuestas a trabajar en coordinación con la CPI. La captura de Saif al Islam Kadafi y la forma en la que se gestione su caso pondrán a prueba la capacidad de los nuevos dirigentes libios para imponer su autoridad y guiar la transición, aseguran los expertos.
Las nuevas autoridades prometieron que tendría un juicio justo, y el ministro del Petróleo, Alí Tarhuni, dijo esperar que este día «histórico» corrobore «el final de una etapa y el comienzo de otra», dedicada a «construir un país sobre la base de la justicia y de la igualdad».
Se trata efectivamente «del final de la influencia política del clan Kadafi y del miedo psicológico» que imponía a los libios, estima Saad Djebar, especialista en derecho internacional y experto sobre Libia.
Pero «el mayor peligro ahora, es que las fuerzas que hicieron caer a Kadafi padre se dividan», añade, y considera que la búsqueda de Saif al Islam había contribuido a unir filas entre diferentes facciones.
«El problema es que está detenido por una milicia», estimó Fred Abrahams, de la organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW), en alusión a la brigada de voluntarios civiles armados que lo capturó y trasladó a Zenten, 170 km al sudoeste de Trípoli, de donde es originaria.
«Temo que lo retienen por cuestiones de posicionamiento político en momentos en que (las autoridades) están formando un nuevo gobierno», comentó. «Esto podría generar más tensiones entre las facciones y perjudicar los intentos de Libia por crear un nuevo Estado, basado en los derechos humanos».
La gestión del caso de Saif al Islam constituirá «sin ninguna duda una prueba (para las autoridades) después de la manera en la que murieron su padre y su hermano Muatasim», una prueba para saber si «pueden tratar (el expediente) en función de la ley y no de la calle», según Abrahams.
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