Peor que una ingenuidad
En general, los sectores liberales de Estados Unidos, encabezados por el intendente judío de Nueva York, Michael R. Bloomberg, han estado a favor del proyecto, aunque una abrumadora mayoría de la opinión pública se ha mostrado hostil.
Los medios de difusión más influyentes se han manifestado de manera general a favor de la iniciativa. El «New York Times», si bien ha dado lugar también a posiciones críticas, se ha mostrado categóricamente partidario de la mezquita, invocando tanto la tradicional libertad de religión norteamericana como la necesidad de fortalecer lo que considera el islam moderado. Opiniones similares han sido expresadas por el diario «Washington Post» y los semanarios «Time» y «Neewsweek». Por su parte, el presidente Obama apoyó el proyecto aunque más tarde matizó este apoyo con algunas dudas. Especialmente desde el lado republicano no faltaron quienes quisieron politizar el debate en vísperas de las próximas elecciones legislativas. Esta politización causó preocupación en algunos comentaristas para quienes el debate en Estados Unidos puede agravar aún mucho más las relaciones de Estados Unidos con el mundo musulmán y con los propios musulmanes norteamericanos.
Pero en contraste con esta actitud son muchas las voces en los medios de quienes perciben que hay demasiadas notas «desafinadas» en el coro de defensa de la mezquita. Por ejemplo, hay quienes se niegan a admitir que un centro musulmán debe ser construido precisamente en la cercanía del lugar en el cual estuvieron las Torres Gemelas en Nueva York, mientras en toda Arabia Saudita está prohibido construir iglesias o sinagogas. Asimismo hay quienes no admiten la intransigencia de los autores de la iniciativa al negarse a cambiar el lugar pese a que notoriamente ofende a los familiares de las víctimas del 11/9. Otro argumento que tiene su buena lógica es que en estos momentos, la causa islámica Nº 1 no debería ser la construcción de un lugar de culto lujoso en Estados Unidos, sino la ayuda a los 20 millones de paquistaníes, en su casi totalidad de fe musulmana, afectados por las terribles inundaciones que han afectado a ese país.
Lo absurdo del debate es que éste se plantea sólo en términos de «corrección política» occidental. ¿En qué medida se respetan los valores liberales en una democracia? ¿ Como puede una democracia cercenar la libertad religiosa? ¿Por qué dudar de los altos ideales predicados por los autores de la iniciativa?
La respuesta a estas interrogantes es muy sencilla : Porque el islam no se guía por ninguna corrección política de estilo occidental. El engaño al infiel en aras del avance de la causa islámica o «takía» no sólo está permitido, es una actitud loable.
Quienes conocen el tema en su profundidad son los numerosos «apóstatas» que rompieron con el islam y que tienen espacios de denuncia en Internet. Uno de los más lúcidos y mejor informados es Ali Sina, quien analiza el libro de Faisal Abdul Rauf, el principal organizador de la construcción de la mezquita en Nueva York «Un llamado a la oración desde las ruinas del World Trade Center: la Dawa islámica desde el corazón de los Estados Unidos después del 9/11″, publicado en 2007.
«¿ Qué es Dawa. Dawa significa la invitación a someterse al islam. La Guerra Santa (Jihad) tiene dos fases. La primera es una invitación o Dawa. Los infieles reciben una advertencia y se les brinda una oportunidad para someterse. Si se niegan a hacerlo la próxima fase es qital (lucha), que se convierte en una obligación. Dawa y quital, son partes integrales de la Jihad.»
«Teóricamente el nombre del centro islámico propuesto es también significativo. La Casa de Córdoba puede parecer un título inofensivo a norteamericanos no informados, pero para los musulmanes tiene un significado muy serio. Córdoba es una ciudad en el Sur de España. Ejércitos musulmanes invadieron España en el año 711, conquistaron el país y masacraron a mucha gente. Luego convirtieron la mayor iglesia de Córdoba en una mezquita y la convirtieron en un ilustre centro de poder en Europa Occidental».
«Construir mezquitas encima de iglesias, sinagogas y templos de pueblos conquistados fue algo iniciado por Mahoma, quien convirtió el templo árabe de la Kaaba en una mezquita islámica. Los musulmanes han estado haciendo esto desde entonces. Numerosos templos hindúes, iglesias, sinagogas y templos de Zoroastro fueron convertidos en mezquitas. El objetivo es doble: humillar al pueblo derrotado y establecer la supremacía del islam».
«Una mezquita construida sobre las ruinas del WTC es una sugerencia de parte de los musulmanes que el islam está avanzando en Estados Unidos. La conquista de Córdoba inauguró una era de opulencia, la llamada Edad de Oro del islam. Pero sobre todo, fue el símbolo de la sumisión de Occidente al islam. La casa de Córdoba en la cercanía del Espacio Cero simbolizará lo mismo en Estados Unidos, la conquista y supremacía islámica». En suma, la construcción de la mezquita en la zona donde se perpetró el atentado del 9/11 sería algo peor que una ingenuidad: sería un error imperdonable de dimensiones históricas.
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