Lula visita al Papa Francisco en su primer viaje al exterior desde su salida de la cárcel
El sumo pontífice católico recibió al expresidente brasileño en un encuentro en el cual hablaron sobre cómo lograr "un mundo más justo y fraterno".
El Papa Francisco recibió este jueves al expresidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y en un encuentro privado en la residencia del pontífice hablaron sobre distintos temas sociales y políticos.
Es la primera vez que el político brasileño sale del país después de haber sido excarcelado de un centro penitenciario en Curitiba.
En la agenda de la Santa Sede no aparece la visita en la agenda pública debido a que se trató de un encuentro de carácter privado y personal entre Lula y Francisco.
En un comunicado colgado en sus redes sociales, posterior al encuentro Lula dijo que «la avaricia de los intereses comerciales y financieros» es responsable de revocar los logros de los trabajadores y el aumento de la desigualdad en el mundo. Además, denunció la «mala voluntad del gobierno» brasileño ante el problema ambiental e instó a los jóvenes a «luchar para garantizar su espacio y su futuro en el planeta Tierra».
«El mundo es cada vez más desigual y la mayoría de los trabajadores están perdiendo derechos», denunció el expresidente. «Muchos de los logros que tuvimos en el siglo XX están siendo anulados por la avaricia de los intereses comerciales y financieros».
Lula recordó su participación en las reuniones del G-20 después de la crisis financiera mundial de 2008, pero sin resultados: «Todas estas decisiones que tomamos involucraron los intereses de los trabajadores, el desarrollo de los países más pobres, pero no sucedió nada».
Proceso judicial en espera
Lula de Silva está en libertad a la espera de un recurso contra la condena de 8 años y 10 meses por corrupción pasiva y legitimación de capitales que pesa sobre él. Originalmente estaba citado a un interrogatorio el pasado 11 de febrero, pero pidió aplazar la cita con el fin de poder viajar a El Vaticano a visitar al sumo pontífice.
La Justicia aceptó devolverle el pasaporte y autorizar su viaje a Roma para cumplir con el encuentro que, según trascendió, se dio gracias a la intercesión del presidente argentino Alberto Fernández.
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