NEOPENTECOSTALES

El avance de la religión en la política pone en riesgo los Derechos Humanos en Latinoamérica

Los evangélicos neopentecostales se han ido metiendo poco a poco en la política ayudados de sus comunidades cerradas y afines a respaldar cualquier propuesta que salga de sus iglesias. Sus posiciones ultra conservadoras ponen en peligro los Derechos Humanos que no comulgan con sus creencias.

Foto con fines meramente ilustrativos: Pixabay
Foto con fines meramente ilustrativos: Pixabay

El ingreso y avance continuo de los cristianos evangélicos neopentecostales en la política está poniendo en riesgo la agenda de derechos humanos conquistada por los sectores progresistas en los distintos países latinoamericanos. El rezago en estos derechos en algunas naciones del continente coincide con la fuerte entrada de los evangélicos al poder.

“Existe un gran riesgo en el avance de los neopentecostales; como ellos creen que están luchando por la derrota del mal y de Satán, cualquier oposición va a ser percibida por ellos como una señal demoníaca”, dijo a la agencia Sputnik el doctor en antropología y profesor de la UDELAR, Nicolás Guigou.

Los evangélicos neopentecostales son una versión latinoamericana de las iglesias protestantes que han tenido su auge en las últimas décadas. Se diferencian de sus antecesores, los protestantes luteranos, por ser más «carismáticos» y sus oficios religiosos son espectaculares, con bandas de música rock, gigantescos templos que llevan a valer millones de dólares y joviales pastores que prometen alcanzar el cielo a sus feligreses.

Han logrado llevar exitosamente su retórica de «milagros», «sanaciones» y otras acciones épicas a la política, en donde han cosechado votos para colocar diputados, senadores y hasta presidentes, como es el caso del actual mandatario de Guatemala, Jimmy Morales, que además de comediante es pastor evangélico, el bien Jair Bolsonaro, que arrasó con el voto evangélico en Brasil y consiguió la presidencia del país.

Contra todo lo antirreligioso

“Ellos tienen una visión del mundo guerrera, en la que suponen de antemano que van a existir enemigos a los que deben derrotar; en este contexto, la izquierda no ha actuado adecuadamente y se ha posicionado como un enemigo ante ellos”, explicó Guigou.

Para muchos de estos movimientos, el mundo está en un constante estado pre-apocalíptico, a menos que ellos hagan algo para «salvarlo». Desde su cosmovisión, la humanidad está siempre en una lucha «entre el bien y el mal», según Guigou que es autor de importantes libros como “Religión y memoria: una perspectiva antropológica”, “La nación laica: religión civil y mito-praxis en el Uruguay” y “Religión y producción del otro”.

Claramente, consideran derechos humanos como el aborto, el matrimonio igualitario y el empoderamiento de las mujeres como «pecados», y se introducen en la política para deshacerse de ellos por considerarlos perversiones.

Estos religiosos ven a la propiedad económica como una “señal divina” y realizan “exorcismos” a representantes de izquierda o sindicalistas, indicó Guigou.

 

“En Brasil estaban exorcizando a gente que había sido sindicalista o militante del Partido de los Trabajadores; lo que muestra que tienen una visión muy conservadora del mundo, del lugar del hombre y del tipo de familia que tiene que existir”, explicó el académico.

Recalcó que, aunque la religión judía no es cristiana, estos sectores evangélicos sí se consideran cercanos al judaísmo desde su lado. “Cuando asumió la ministra de la Mujer, Familia y Derechos Humanos en Brasil –quien dijo que los niños debían de volver a vestirse de celeste y las niñas de rosado- ella lo hace con una bandera de Israel, porque para ellos es la tierra del pueblo elegido y la muralla contra el avance del Islam”, indicó.

De acuerdo a un estudio de 2014, el 19% de la población latinoamericana se declara evangélica neopentecostal.

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