Año negro para los periodistas: 80 asesinados, 348 encarcelados y 60 secuestrados
La organización Reporteros Sin Fronteras lanzó un su reporte anual de libertad de prensa, el cual es poco alentador y pone a Noruega y a Corea del Norte en el primero y último lugar respectivamente.
El fin de semana pasado, cuando la policía de Nicaragua reprimió brutalmente a los manifestantes que protestaban contra el presidente Daniel Ortega, el periodista Angel Gahona presentaba los hechos en vivo en una transmisión de Facebook Live. A mitad del informe, sonó un disparo. Su celular dejó de funcionar y Ángel falleció de un balazo en la cabeza.
Su caso es uno más de los 80 periodistas que fueron asesinados en todo 2018, de acuerdo al Índice Mundial de Libertad de Prensa, publicado esta semana por la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF).
En esta revisión anual se analiza la libertad de prensa y de opinión de los profesionales del sector en 180 países, así como las relaciones entre los medios de comunicación y los gobiernos estatales.
«Desatar el odio hacia los periodistas es una de las peores amenazas para las democracias», dice Christophe Deloire, el secretario general de RSF. «Los políticos están exacerbando el problema al usar propaganda para socavar el discurso público basado en hechos. Discutir la legitimidad del periodismo hoy es hacer disparos políticos extremadamente peligrosos», agregó.
Nicaragua nunca ha sido un modelo de libertad de prensa, según la organización. En el índice de este año se sitúa en el puesto 90, a la mitad de la lista. El ranking parece correcto, dado que el destino de Gahona está siendo noticia mundial.
Una profesión de riesgo
Según RSF, lo «esperable» es que los periodistas en zonas de guerra sean más susceptibles a ser heridos o asesinados, pero no esperaban que en países que actualmente no están inmiscuidos en un conflicto bélico la vida de los comunicadores esté en riesgo.
En los últimos diez años 702 periodistas han perdido la vida en el ejercicio de su labor, con un pico de 87 en el 2012, y con un mínimo de 55 en 2017.
En la región, México el país más peligroso para ejercer el periodismo: en todo 2018 nueve periodistas fueron asesinados (apenas dos menos que el año pasado) y actualmente se investigan los casos de dos reporteros más, Jesús Alejandro Martínez Jiménez y Diego García Corona.
Suecia y Noruega nuevamente se clasifican como los entornos de medios más libres del mundo, mientras que los Países Bajos reemplazaron a Finlandia en el tercer lugar.
Turkmenistán, Eritrea y Corea del Norte ostentan los últimos lugares, tal como lo hicieron el año pasado.
Gambia, Zimbabwe y Angola avanzaron en el índice de este año, y eso se debió en gran parte a que los líderes autoritarios de larga data con actitudes depredadoras hacia los medios de comunicación dejaron el poder en cada uno de esos países. Las preocupaciones persisten en todos esos lugares, pero hay razones para esperar que se hayan aprendido lecciones valiosas.
Filipinas bajó dió seis puestos al número 133. El presidente Rodrigo Duterte ha justificado regularmente el asesinato de periodistas. En el 2016, dijo: «Solo porque eres periodista, no estás exento de asesinato, si eres un hijo de puta».
Turquía bajó dos lugares hasta el puesto 157. El presidente Recep Tayyip Erdogan, quien modificó la constitución del país para permanecer en el poder, se ha convertido en uno de los enemigos más atroces de la prensa. Turquía, durante décadas considerada una historia de éxito democrático en un barrio polémico, ahora tiene más periodistas tras las rejas que cualquier otro lugar.
Estados Unidos no es precisamente el paraíso de la libertad de expresión, ya que se ubicó en el puesto 45 (bajando 2 lugares respecto a 2017). Mientras que el presidente Trump ha expresado su antagonismo hacia la prensa, calificando a los periodistas de «enemigos del pueblo», la libertad de prensa en Estados Unidos ha estado bajo presión durante años. La violenta retórica de la Casa Blanca contra la prensa se ha visto acompañada por un aumento en el número de violaciones a la libertad de prensa a nivel local, ya que los periodistas corren el riesgo de ser arrestados por cubrir protestas o simplemente intentar hacer preguntas a los funcionarios públicos . Los reporteros incluso han estado sujetos a agresiones físicas mientras trabajaban.
Por otro lado, Canadá aumentó en seguridad para los periodistas, y se volvió a ubicar después de varios años en el top 20. Después de varios incidentes contra periodistas por parte de autoridades gubernamentales, en 2017 se aprobó la ley de protección de la fuente periodística, que ampara a los comunicadores de los espionajes por parte de las autoridades y les blinda el derecho a mantener en secreto sus fuentes.
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