Ciudad alemana logra deshacerse de los neonazis con un ingenioso truco

La ciudad de Wunsiedel, en la región de Baviera, cerca de la frontera con Chequia, estaba sufriendo la aparición de grupos neonazis que marchaban una y otra vez por las calles de la ciudad con sus consignas de odio racial y en conmemoración del nefasto tercer reich de Adolf Hitler. Los vecinos, cansados de las tensas situaciones que estas manifestaciones causaban, se organizaron para ingeniárselas y deshacerse de estos indeseables grupos.

La situación se había vuelto insostenible, y la ciudad un bastión de los neonazis que venían de todo el país en peregrinaje, pues en dicha ciudad está enterrado uno de los grandes símbolos de la Alemania nazi, el estrecho colaborador de Hitler Rudolf Hess.

Se volvieron sus propios enemigos

Fue entonces que, en 2009, los vecinos dieron con la idea que les devolvió la paz de su pequeña y hermosa ciudad: La organización Rechts gegen Rechts (Derecho contra la derecha) decidió donar €10 por cada metro que los neonazis dieran durante sus marchas cada 26 de abril, natalicio de Hess. La suma se destinaría a la lucha contra las organizaciones racistas, o sea que cada paso que daban los neonazis financiaban a sus enemigos. Sus desfiles llenos de odio estaban llenando las alcancías que combatirían la discriminación racial.

La población hizo eco rápidamente de la propuesta y empezaron a colocarse carteles que decían cosas como «gracias por marchas por la justicia social», o «nazis contra nazis», lo que empezó a provocar que los supremacistas blancos alemanes dejaran de marchar hacia la tumba de Hess, y en poco tiempo dejaron de marchar por la ciudad, devolviendo el encanto barrial y familiar que los habitantes querían.