Congresista de Texas presenta proyecto de ley que castiga la masturbación con US$100
Jessica Farrar, congresista del Estado de Texas, EE.UU., presentó una propuesta que podría multar "todas aquellas emisiones (de semen) que se realicen fuera de la vagina o de un centro médico".
La alarma entre los sectores progresistas del Estado saltó, después de que trascendiera el proyecto de ley de la congresista Jessica Farrar, que pretende -según ella misma- proteger a los niños que no han nacido.
Si esta controversial ley es aprobada, cualquier eyaculación por parte de un hombre que se realice fuera de la vagina o un centro médico, será penado con una multa de hasta 100 dólares. También prevé que los hombres tenga que esperar un mínimo de 24 horas si quieren hacerse una vasectomía o colonoscopía, e incluso si quieren comprar pastillas como Viagra o Cialis.
También posibilita a los doctores a que se nieguen a proveer esos servicios «por razones de conciencia». Los doctores también deben promover entre los hombres la abstinencia como método anticonceptivo, y que estos eyaculen en clínicas con facilidades para que el semen pueda ser congelado y almacenado.
Crítica dura
Jessica Farrar es congresista por el Partido Demócrata y sabe que es difícil que su proyecto sea aprobado. Su principal cometido es el de llamar la atención sobre lo que considera son duras restricciones impuestas a las mujeres que deciden practicarse un aborto.
Farrar es fuerte detractora del un grupo de proyectos de ley recientes que, según ella, atentan contra los derechos de las mujeres. En dichas propuestas, las mujeres que se sometan a un aborto serían obligadas a enterrar o incinerar los restos del embrión abortado, ya sea inducido o espontáneo.
Esta ley fue impuesta por un hombre, el senador estatal Don Huffines quien aseguró durante una alocución de defensa del proyecto que «por mucho tiempo ya, Texas ha permitido que los más inocentes de nosotros sean tirados como basura».
La ley sobre el aborto de Texas es una de las más duras de Estados Unidos, a pesar de que la Corte Suprema de Justicia anuló en 2014 una legislación que prohibía los abortos inducidos con fármacos después de las siete semanas de gestación.
Texas, con una gigantesca extensión territorial de 695.662 km², solamente cuenta con 19 clínicas que realicen abortos dentro de lo lícito, y están todas concentradas en grandes centros urbanos. Por ejemplo, entre los 885 kilómetros de distancia que hay entre San Antonio y El Paso no hay un solo centro médico que realice este procedimiento, según el sitio web de bbc.com.
Farrar criticó que las mujeres son forzadas a sentarse y escuchar horas de charlas sobre las implicaciones morales del aborto, así como a observar imágenes sangrientas de fetos, cuando en realidad lo que buscan es terminar un proceso por el que no quieren pasar, habiendo tomado ya las consideraciones personales.
También son sometidas a ecografías para escuchar el corazón del feto y se le hacen advertencias de que el aborto está relacionado al cáncer de mama, aunque esa afirmación carece de fundamentos científicos.
Farrar pretende, entonces, concienciar a la población tejana sobre lo traumante que puede ser el proceso tal como está planteado en la ley actual. Es así como, a modo de protesta, la legisladora compara el semen con el aborto y pone contra la pared a los congresistas que dictan leyes que favorecen a los hombres y lastiman los derechos de las mujeres.
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