HISTÓRICO

Egipto celebra medio siglo del salvataje de Abu Simbel, en el mayor rescate arqueológico de todos los tiempos

Los templos de Abu Simbel, que estaban a punto de desaparecer definitivamente de la faz de la tierra, al anegarse el lago Nasser, por la represa de Asuán, la mayor hidroeléctrica africana de la época, debieron ser rescatados en una operación inédita y hasta considerada imposible hace cincuenta años: Egipto celebra haberlo logrado.

Los templos de Abu Simbel, frente al lago Nasser.
Los templos de Abu Simbel, frente al lago Nasser.

Entre febrero y marzo de 1966, con las aguas del lago aproximándose ya, los templos de Abu Simbel, construidos hace unos 3.000 años en un acantilado rocoso de más de 60 metros de alto, y catalogados como el mayor tesoro de Nubia, lograron finalmente ser rescatados.

Detrás de la gigantesca odisea de ingeniería, estaba no solo Egipto, sino UNESCO, simbolizando el interés de la Humanidad para no perder un sitio único, donde había además otra veintena de templos, los que debieron ser rescatados hasta donde fue posible en la que aún hoy es considerada la mayor operación de salvamente arqueológico de todos los tiempos.

Una legión de arqueólogos al rescate

La megaoperación desplazó de sus lugares no solo a Abu Simbel sino a otros veinte templos y santuarios. La región comprendida entre Asuán en Egipto y la catarata de Dal, en Sudán, fue escenario de la mayor campaña de excavaciones de la historia, con arqueólogos, ingenieros, técnicos y voluntarios de toda gama de Polonia, Italia, Checoslovaquia, Unión Soviética, Austria, Francia, Alemania, España, Estados Unidos, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Gran Bretaña, Suiza, y Finlandia, todos detrás de la mayor cantidad de egipcios nunca antes aunada en un esfuerzo, desde la época de las mismas Pirámides.

El centro de la operación fue sin embargo Abu Simbel,  descubierta hace 240 años por el suizo John Lewis Burckhardt y el italiano Giovanni Battista Belzoni a 290 kilómetros de Asuán, un monumento esculpido en la roca, sin parangón.

Después de toda suerte de proyectos, el gobierno cairota aceptó la propuesta de la firma de ingenieros suecos Vattenbyggnadsbyran: así, el gran templo de Ramsés II y el de su esposa Nefertari fueron cortados y convertidos en piezas cúbicas similares a las de un gigantesco rompecabezas y elevados a la cima de la meseta, encima de la cota máxima que alcanzarían las aguas del embalse. 48 países se hicieron cargo del presupuesto, Egipto de la mitad de la cuenta: 41,7 millones de dólares, una inversión para la época tan descomunal como la misma obra realizada.

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