El mayor pastor evangélico de Singapur malversó 32 millones de euros para que su esposa fuera cantante
La justicia de Singapur se apresta a fallar en uno de los casos más sonados y populares del país: Kong Hee, líder de la Iglesia de la Ciudad de la Cosecha, una de las mayores de Asia, gastó 32 millones de euros de los fieles para que su esposa cumpliera su sueño de ser cantante.
Hee, aguarda una sentencia que podría llevarlo veinte años a la cárcel, y su esposa –Sun Ho- está en California, donde aún, busca triunfar.
La historia que tiene más visos hollywoodenses que una trama cinematográfica, tiene en vilo a los asiáticos, que no comprenden como la mayor iglesia evangélica de Singapur, una de las asiáticas de mayor prestigio, se ha desbarrancado literalmente, por el “pecado” de su máximo dirigente que priorizó usar los fondos donados por la grey, para que su mujer triunfara como artista en la costa oeste de Estados Unidos, lo que pese al monto de la inversión –unos 32 millones de euros- sigue sin lograr.
El proceso contra el predicador y sus ayudantes en la City Harvest Church, obtuvo ahora el visto judicial para su sentencia y Kong Hee, de 51 años, y cinco de sus colaboradores, ya han sido procesados como culpables y esperan a pena que podría llevarlos dos década a prisión en un país donde la corrupción no es delito habitual, señalan los medios internacionales de prensa.
De construir un templo a financiar conciertos de rock
La Fiscalía ha dicho durante el proceso que los inculpados se adueñaron de 15,3 millones de euros, destinados a construir una de las mayores iglesias evangélicas de Asia, y compraron obligaciones falsas. Pero para borrar el rastro de ese delito inicial, debieron invertir otros 16,6 millones de euros, con los que hacían creer a los auditores eventuales que los títulos eran recomprados.
Mientras tanto Kong Hee había conseguido convencer a su esposo que la mejor inversión era que ella se convirtiera en una estrella mundial de la música de avanzada. En 2009 la mujer se marchó a vivir a Los Ángeles, invirtiendo en costosas promociones, marketing, videoclips y hasta una mansión por la que pagaba un alquiler de 20.000 euros al mes.
La indagatoria policial comenzó en 2012, y los dirigentes eclesiásticos detenidos, pero siempre se declararon inocentes: afirman que la carrera musical de Sun Ho, tiene carácter misionero en EE.UU. procurando atraer más fieles a su iglesia desde Norteamérica.
Procesados por “abuso de confianza” y “falsificación contable”, los líderes de la iglesia –que aún retiene unos 17.000 fieles- esperan ahora condena final, de hasta 20 años de cárcel. Sun Ho, sigue en EE.UU. en tanto “no está encausada en el proceso y aún aspira al estrellato”, según publica el diario La Vanguardia de España.
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