Papa contra “Teoría del género” de grupos LGBT: “Es un paso atrás” borrar diferencias entre sexos
En una nueva vuelta de tuerca del relacionamiento entre los colectivos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT), con El Vaticano, el papa Francisco ha condenado esta misma mañana la “teoría del género” como “expresión de una frustración o de una resignación que lleva a eliminar la diferencia sexual porque no sabe medirse con ella”.
El pontífice durante la audiencia general de los miércoles en la Plaza de San Pedro, hablando en italiano, dijo que la eliminación de diferencias entre sexos “es un paso atrás” y apuntó que “la diferencia entre los sexos no es para competir o para dominar, sino para que se dé esa reciprocidad necesaria para la comunión y para la generación, a imagen y semejanza de Dios”.
Preparando el terreno para el segundo Sínodo Mundial de obispos
El papa que ha enfrentado duros cuestionamientos desde el ala más tradicionalista del catolicismo, por su manifiesta vocación de apertura hacia los colectivos de sexualidades no convencionales, en tanto se integren a la Iglesia, parece ahora dar un giro para complacer a quienes no comparten tales liberalidades del dogma.
En octubre próximo tendrá lugar el segundo Sínodo Mundial de obispos que tratará el tema de la complementación hombre-mujer y la familia, algo que podría abrir un capítulo inédito para miles de creyentes que permanecen fuera de la Iglesia, aunque de antemano se sabe que hay radicales dentro del cuerpo cardenalicio y obispal, que no están dispuestos a permitir más libertades.
“Después de haber creado el universo y a todos los seres vivos, creó la obra maestra, es decir el ser humano, que hizo a su imagen. A imagen de Dios los creó, varón y mujer los creó ¡El texto bíblico lo repite tres veces en dos versículos!”, enfatizó Francisco ante los miles de oyentes. “Hombre y mujer son a imagen y semejanza de Dios. Esto nos dice que solo el hombre y la mujer como pareja son imagen de Dios. La diferencia entre hombre y mujer no es por contraposición o subordinación, sino para la comunión y la generación, siempre a imagen y semejanza de Dios”. Remarcó que “la cultura moderna y contemporanea ha abierto nuevos espacios, nuevas libertades y nuevas profundidades para el enriquecimiento e la comprensión de esta diferencia. Pero también ha introducido muchas dudas y mucho escepticismo”.
Reconoció no obstante la necesidad de empoderar el rol femenino, ante la discriminación. “Debemos hacer mucho más a favor de la mujer si queremos dar volver a dar fuerza a la reciprocidad entre el hombre y la mujer”, sentenció.
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