Julian Assange se suma a quienes cuestionan causa y autoría de la matanza en el Charlie Hebdo
El fundador de Wikileaks, Julian Assange, se ha cuestionado si realmente los servicios secretos de Francia protegieron al personal de la revista Charlie Hebdo, o si por el contrario protegían a los terroristas, para distintos fines altamente controversiales.
“¿Por qué era tan débil la seguridad del edificio de ‘Charlie Hebdo’? ¿Cómo pudieron conseguir conocidos yihadistas armas semiautomáticas en Francia?”, se preguntó el fundador de la organización mediática que publica documentos filtrados de máximo interés. Assange se cuestiona además si los servicios de Francia no habrían estado protegiendo a los ahora muertos hermanos Kouachi. “¿Los protegieron porque eran informantes, voluntarios o involuntarios?; ¿los protegieron para poder arrestarlos segundos antes del ataque, en una operación al gusto de los medios de comunicación?”, se cuestiona el investigador.
Incluso avanza en su especulación que los servicios de Francia sabían de las actividades de los Kouachi, pero que eran protegidos “como parte del aventurismo francés en Siria, Libia y otros lugares, como un conducto para canalizar dinero, armas y militantes hacia África y Oriente Medio”.
Enfrentando más acusaciones que lo responsabilizan
Assange ha salido a la palestra pública contestando acusaciones de Max Hastings –de The Daily Mail- que lo responsabiliza, junto a Edward Snowden- por la matanza de Paris, en tanto sus acciones llevaron a un “debilitamiento de la seguridad nacional”.
“Assange y Snowden son traidores; han dañado la seguridad de todos y cada uno de nosotros alertando a los yihadistas y a Al Qaeda, nuestros mortales enemigos, de la escala y el alcance de las escuchas telefónicas”, afirma el denunciante.
“Que un vampiro de la seguridad del Estado como Hastings, se haya abalanzado sobre los cadáveres aún calientes esparcidos sobre Paris, es tan grotesco como predecible”, respondió Assange, según aparece en www.twitlonger.com/show/n_
Para Assange, “el secretismo genera corrupción, pero también engendra incompetencia, y los servicios secretos franceses no son una excepción a esta regla. En esta ocasión el Estado de seguridad francés ha tratado de presentar a los asesinos como supervillanos con el fin de ocultar su propia incompetencia”.
Wikileaks sentencia también en palabras de Assange que “la tragedia de París es otro ejemplo de que lo que hace falta es vigilancia específica competente, no vigilancia masiva”, ya que los atacantes del Charlie Hebdo “figuraban en las listas de terroristas, tenían entrada prohibida a EE.UU., se comunicaban por teléfonos convencionales antes y durante los ataques, y las oficinas de Charlie Hebdo habían recibido múltiples amenazas de muerte”.
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