Intensa polémica por afirmar el Papa Francisco que los animales “van al cielo”
El más polémico de los papas contemporáneos ha vuelto a agitar nuevamente las aguas vaticanas y de la comunidad cristiana, cuando para consolar a un niño apenado por la muerte de su perro le dijo que “los animales van al cielo”. Su afirmación fue seguida de una serie de apreciaciones similares durante la audiencia general semanal, que muchos han interpretado como la anunciada presencia de sus mascotas más allá de este mundo.
Mientras los seguidores de San Francisco de Asís y los amantes de los animales en general se han mostrado de conformes a eufóricos con la buena nueva, para los sectores más ortodoxos del Vaticano, decir que los animales pueden ir al cielo como los buenos cristianos excede los límites de lo aceptable.
“La Sagrada Escritura nos enseña que el cumplimiento de este maravilloso diseño también afecta a todo lo que nos rodea”, dijo el papa que apuntó incluso al Libro de la Revelación y a los apóstoles Pedro y Pablo, sobre el asunto. “Lo que viene … por lo tanto, es una nueva creación. No es una aniquilación del universo y todo lo que nos rodea. Más bien es llevar todo a su plenitud de ser, a la verdad y la belleza”, puntualizó
Una afirmación interpretada en creciente controversia
El diario italiano Corriere della Sera, interpretó que las palabras del pontífice no admiten muchas dudas. “Amplía la esperanza de la salvación y bienaventuranza escatológica a los animales y a toda la creación”, escribió en su primera página editorial posterior a las referencias papales.
El tema tiene particular interés, en tanto el antecesor de Francisco, Benedicto XVI, había afirmado en 2008, que “para las criaturas que no son llamadas a la eternidad, la muerte sólo significa el fin de la existencia terrenal”, algo que había aventado definitivamente la posible vida superior de los animales.
Por su parte desde la Universidad Pontificia de Roma, la cátedra de Teología, apunta simplemente de momento que si bien habrá “una continuidad entre este mundo y el gozo del futuro sin dudas habrá una transformación: en cuanto a el equilibrio entre ambas cosas no lo podemos determinar”, apuntaron teólogos del centro de estudios.
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