Papa Francisco se pronuncia sobre tema que Uruguay plebiscita: “Los Estados deben abstenerse de castigar penalmente a los niños”
En un claro mensaje contra la baja a la edad de imputabilidad, el papa Francisco dijo en El Vaticano que “los Estados deben abstenerse de castigar penalmente a los niños que no han completado su madurez”. El pontífice enfatizó que además de abstenerse de castigarlos penalmente, “deben ser destinatarios de todos los privilegios que el Estado es capaz de ofrecer”.
El pontífice vinculó también al tema, la necesidad de “perseguir con mayor severidad” todas las formas de corrupción en tanto, “causan graves daños sociales, ya sea en materia económica o social, como los fraudes a la administración pública o el ejercicio desleal de la administración o cualquier obstáculo a la Justicia.”
Recordó en esa línea que la concentración de la riqueza global –“que es escandalosa”- se sustenta y es posible “a causa de la connivencia de los responsables de la cosa pública con los poderes fuertes. La corrupción es en si misma un proceso de muerte… y un mal más grande que el pecado. Un mal que más que perdonar hay que curar”.
El papa ya se había expedido en contra de la “mano dura” en una reciente misiva cuando Argentina discutía el nuevo Código Penal, aseverando que “la experiencia nos dice que el aumento y endurecimiento de las penas con frecuencia no resuelve los problemas sociales ni logra disminuir los índices de delincuencia”.
Acabar con la pena de muerte, la cadena perpetua y las cárceles infames
El papa, pronunció un discurso ante representantes de la Asociación Internacional de Derecho Penal (AIDP), que lo visitaron en El Vaticano, en el que efectuó una serie de apreciaciones sobre la justicia actual.
“Todos los cristianos y personas de buena voluntad están llamados hoy a luchar no sólo por la abolición de la pena de muerte, legal o ilegal y en todas sus formas, sino también para mejorar las condiciones carcelarias, en el respeto de la dignidad humana de las personas privadas de libertad”, puntualizó el papa a los juristas, al tiempo de alegar que “la cadena perpetua es una pena de muerte escondida”.
Francisco consideró “imposible pensar que los Estados no dispongan de otro medio que no sea la pena de muerte para defender del agresor injusto la vida de las demás personas”, condenando también las “ejecuciones extrajudiciales o extralegales, presentados como consecuencia indeseada del uso razonable, necesario y proporcional de la fuerza”.
El papa incluyó además entre las formas de tortura “la que se aplica mediante la reclusión en cárceles de máxima seguridad”, criticando las condiciones en las cárceles que solo pautan “el ejercicio arbitrario y despiadado del poder sobre las personas privadas de libertad”.
También planteó una fuerte crítica sobre los criterios de la prisión preventiva “cuando en forma abusiva busca un anticipo de la pena previo a la condena, o como medida que se aplica frente a la sospecha más o menos fundada de un delito cometido, constituye otra forma contemporánea de pena ilícita y oculta, más allá de cada pátina de legalidad”, según publica el matutino argentino Página 12.
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