Explican cómo Dinamarca ha logrado ser el país menos corrupto del mundo
El último informe de Transparencia Internacional sobre el estado de corrupción en los países de todo el mundo para 2012, donde se coloca a Dinamarca en la cúspide (y donde Uruguay aparece como el país menos corrupto de Latinoamérica), tiene ahora un segundo “capítulo”, donde se explican las razones más importantes para que los daneses hayan alcanzado el sitial.
Dinamarca, es el país más “limpio” del mundo, seguido de cerca por Finlandia y Nueva Zelanda, y según los observadores ello obedece en primer término “a que la picaresca no forma parte de la idiosincracia escandinava”, algo que en términos rioplatenses equivaldría a que no tienen “viveza criolla”.
Destaca también el informe que los daneses tienen “predisposición” a cumplir con sus impuestos en todos los órdenes “e incluso pese a que estén en contra de algunos”. En Dinamarca el 85% de la población paga sus impuestos voluntariamente y la vida de sus gobernantes suele ser de “alta eficiencia” en materia de administración.
Los daneses se precian de tener “tolerancia cero” con cualquier actitud impropia de un cargo político, enfatizan “la inversión en sus propios ciudadanos a través de una educación gratuita y verdaderamente igualitaria”, donde la “calidad de la enseñanza” no depende del centro de estudios.
Una “corrupción” política difícil de concebir
Los informes coinciden en reconocer que la corrupción de los políticos daneses es particular. Recientemente se hizo una encuesta para saber cuáles eran los casos más recordados por los ciudadanos: solamente los más veteranos recordaban algún problema con alcaldes, todos ocurridos el siglo pasado. Los jóvenes no recordaban ninguno. Sin embargo, la prensa danesa denunció recientemente que el diputado del partido Dansk Folkeparti –Kim Christiansen- se había beneficiado de una agencia estatal de transportes con … entradas para conciertos que estaban agotadas.
El Parlamento danés –el Folketing- ha establecido un marco legal sumamente estricto para evitar irregularidades y obliga a toda empresa establecida a divulgar sus datos fiscales así como a aportar para el financiamiento del estado de bienestar.
La recaudación fiscal del país –que supera la media de Europa- revela que sobre un total de 5,5 millones de habitantes, el ciudadano promedio paga el 38% de sus ingresos en impuestos. El Ministerio de Trabajo certifica que hay un 7,8% de desempleo y curiosamente el Estado no ampara el derecho de huelga, ni tampoco el despido: para tener indemnización hay que haber estado al menos 10 años en la empresa o de lo contrario haber contratado un seguro privado, para alcanzar la prestación.
Compartí tu opinión con toda la comunidad