Electo alcalde de su pueblo sin querer, solamente por hacer un favor

En absoluto tenía motivaciones políticas, se dedicaba a sus tareas cotidianas de habitante de pueblo chico y compartía con su familia las ventajas y sinsabores de su vida montañesa.

Sin embargo un día, el alcalde del pueblo –su amigo además- vino de visita. Fabio le recordó que no era necesario lo visitara durante la campaña electoral ya que él y toda su familia le iban a votar. Claro: el alcalde Gino Bertolo, era también el único candidato a alcalde que tenía el pueblo.

Y precisamente por eso lo visitaba: Bertolo creía que la gente con un solo candidato se desmotivaría tanto que no iría directamente a votar, lo que ponía en riesgo su continuidad al frente de la alcaldía.

Por eso le pedía a su amigo que se hiciera candidato. Incapaz de negar un favor a un amigo, Fabio aceptó.

Ni siquiera se enteró

Al anochecer del día de las elecciones, la gente empezó a llamar a Fabio por teléfono para felicitarlo.

Fabio al principio no entendía, después creyó que era una broma. “Pero cuando ya no pude más ver el partido de fútbol tranquilo en la televisión, salí a ver que pasaba realmente”, dijo. Allí se enteró que era el nuevo alcalde del pueblo: había obtenido 160 votos, contra 117 de su amigo Bertolo.

“Ahora soy el alcalde que no quería ser: Yo quería que Gino ganara: yo voté por el; mi esposa, mi madre, mis hijas, toda la familia votó por el” dice el todavía asombrado Fabio que reconoce que “la cosa no está para bromas”.

Aunque también dice que no abandonará el cargo y se ha impuesto –con otros amigos-desarrollar una plataforma política, para ver que pueden hacer en el futuro por su pueblo.