Piñera anuncia alza de impuestos a empresas para financiar minireforma educativa
El presidente chileno Sebastián Piñera anunció este jueves un ajuste tributario, que incluye un alza de los impuestos a las empresas para recaudar entre 700 y 1.000 millones de dólares al año, que se destinarán a la educación, el principal dolor de cabeza de su gobierno.
En un mensaje al país, Piñera anunció una esperada reforma que busca afrontar las demandas estudiantiles que marcaron el 2011 y derribaron su popularidad, hoy en 29%.
«Esta reforma (de la educación) requiere una reforma tributaria, que nos permita financiarla en forma seria, responsable y sustentable», dijo Piñera al anunciar el ajuste, al día siguiente de una nueva protesta estudiantil que reunió en Santiago a unas 50.000 personas para exigir educación pública gratuita y de calidad.
«El cien por ciento de los mayores recursos que recaude esta reforma tributaria, se destinarán a financiar la reforma educacional», agregó el mandatario, un empresario que hizo retornar al poder a la derecha chilena tras 20 años de hegemonía de la centro izquierda.
La reforma incluye un incremento permanente sobre las utilidades de las empresa, desde 17% al 20% y una rebaja entre 10% y 15% al impuesto a la renta de las personas, siendo más significativa en los de menores sueldos.
El impuesto a las utilidades subió transitoriamente, desde el 17% al 20%, tras el sismo de 2010 y debía volver a su rango original en 2013. Hoy está fijado en 18,5%.
La reforma ingresará el lunes al Congreso, donde el gobierno carece de mayoría en el Senado.
La oposición de centro izquierda calificó ya la reforma como «insuficiente», al recaudar entre 700 y 1.000 millones de dólares al año, equivalentes a cerca del 0,3% del PIB chileno (de 230.000 millones de dólares en 2011).
«La reforma tributaria que se nos propone es un reforma muy menor, no una reforma estructural que es lo que los estudiantes plantearon», dijo el diputado del Partido Socialista, Carlos Montes.
Los estudiantes también calificaron la propuesta de insuficiente. Según sus cálculos, se precisan unos USD 4.000 millones por acabar con el actual sistema educativo heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), considerado uno de los más desiguales del planeta.
«Queremos que la educación sea un derecho garantizado por el Estado. Hoy en Chile existe una educación para ricos y para pobres y esto con la actual reforma se va a mantener», dijo el dirigente estudiantil Gabriel Boric.
En los países de la OCDE (que incluye a las 31 economías más desarrolladas) el promedio de impuesto a las utilidades es del 26%, mientras que en Estados Unidos llega al 35% y en Brasil -principal economía de la región- es de 34%.
La disminución de los impuestos a las personas, en tanto, beneficiará a cerca del 19% de la fuerza laboral chilena, que recibe salarios -descontado los impuestos- de más de 1.100 dólares.
«La reforma es en realidad una muy mini reforma. El único aumento de impuestos que recaudaría algo es el aumento de los impuestos a la renta de las empresas, pero eso va a ser muy insuficiente», dijo Manuel Agosín, decano de la facultad de Economía de la Universidad de Chile.
La reforma incluye además para las personas la posibilidad de descontar de sus impuestos hasta el 50% de los gastos que efectúan en educación y una rebaja de tasas al crédito, desde el 0,6% al 0,2%.
Se suman además los llamados ‘impuestos verdes’ a aquellos bienes cuya disposición final afecta negativamente el medio ambiente y se incrementarán los de licores de mayor graduación, aunque no sé informó cuanto.
Además, se incluye un sistema para matizar las alzas en los precios de los combustibles, que bajará los impuestos cuando suba el precio internacional, y un bono a taxistas y a los transportistas escolares.
Chile es importador neto de combustibles y su economía sufre vaivenes del alza del petróleo.
Durante 2011 los estudiantes chilenos realizaron más de 40 marchas por Santiago, mantuvieron ocupados por meses cientos de escuelas y universidades, derribaron a dos ministros de Estado y lograron hacer caer la popularidad de Piñera, desde un récord de 63% a un 29%.
Para hacer frente a las demandas, Piñera hizo una serie de cambios al sistema educativo, aunque ha dicho que la gratuidad total no es posible.
A inicios de semana, Piñera cedió a una de las principales demandas de los estudiantes: acabar con el Crédito con aval del Estado (CAE), un sistema creado en 2007 y otorgado por los bancos para financiar estudios en universidades privadas, con intereses que triplican a los que entregan las universidades públicas.
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