Sin consenso sobre bloqueo de EEUU a Cuba, soberanía argentina en las Malvinas y despenalización de las drogas
Nuevamente, esta reunión hemisférica no logró consenso y arriesga a culminar este domingo 15 sin una declaración final.
Lo mismo pasó en 2009, en la V Cumbre celebrada en Puerto España, capital de Trinidad y Tobago, cuando el gobierno de ese país tuvo que concluir con una declaración solitaria de balance.
En esta VI Cumbre, instalada este sábado 14, los cancilleres no lograron acuerdo previo para un documento consensuado.
Puntos centrales de discordia son la persistencia del bloqueo de Estados Unidos a Cuba y el reclamo de la soberanía argentina sobre las australes Islas Malvinas, en poder de Gran Bretaña.
Gil, analista y experta en relaciones internacionales radicada en Colombia, dijo a IPS que «parece que se está formando un consenso latinoamericano también sobre drogas».
«Justo son estos tres temas los que dividen al hemisferio en dos, o están enfrentando a los países latinoamericanos con Estados Unidos y Canadá», apuntó.
«El proceso de las cumbres de las Américas está en crisis. Lo que deja claro la VI Cumbre es que no se pueden seguir posponiendo ciertos temas, en particular el asunto de Cuba», excluida de estas citas por decisión de Estados Unidos, agregó.
En su opinión, «una próxima cumbre sin Cuba no va a tener lugar. O está Cuba o no hay cumbre. La ausencia de (Rafael) Correa es una bandera roja», señaló respecto de la promesa cumplida del mandatario ecuatoriano de no asistir a ninguna otra reunión hemisférica a la que no se invite al gobierno de la isla caribeña.
Según la experta, «Colombia apostó a ser un país bisagra, es decir capaz de tener un papel facilitador entre bloques ideológicos. Pero esa es una apuesta en la que Colombia no puede producir milagros».
Así, «esta cumbre vuelve a recordar que las ideologías todavía importan. Los limitantes se están viendo».
El embajador de Venezuela ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Roy Chaderton, excanciller y exembajador de su país en Bogotá y en Washington, dijo a la emisora colombiana RCN Radio: «Esto es una rebelión de las democracias latinoamericanas contra la hegemonía de Estados Unidos y Canadá».
Ambos países quedaron aislados, en una votación de 32 contra dos, respecto de una resolución que ponía fin a la exclusión de Cuba en una reunión de cancilleres que debía aprobar los documentos que considerarán los presidentes.
Además del presidente ecuatoriano, a última hora tampoco acudieron los mandatarios Michel Martelly, de Haití, y Daniel Ortega, de Nicaragua. Este último encabezó un mitin de solidaridad con Cuba.
Mientras en la mañana de este sábado se conoció que, por imperativos de su tratamiento contra el cáncer, el mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, desistió de viajar a Colombia.
Al atardecer de la primera jornada, los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) oficializaron en Cartagena una declaración que advierte que no asistirán a más cumbres sin Cuba.
El ALBA está conformada por Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Honduras, Nicaragua, San Vicente y Granadinas y Venezuela.
El discurso anfitrión
En la instalación de la VI Cumbre, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, fue enfático. Exhortó a «no ser indiferentes» a un proceso de cambio que está ocurriendo en Cuba, el cual, dijo, es reconocido cada vez más ampliamente y debe continuar.
«Es hora de superar la parálisis a la que lleva la terquedad ideológica y buscar consensos mínimos para que ese proceso de cambio llegue a buen puerto, por el bien del pueblo cubano», agregó.
«El aislamiento, el embargo, la indiferencia, el mirar para otro lado han demostrado ya su ineficacia», dijo Santos. En cuanto a Haití, el país más pobre del continente, el presidente anfitrión propuso acoger la agenda de su gobierno, en lugar de impulsar «agendas propias».
También afirmó que «Centroamérica no está sola». Santos indicó que debe combatirse el crimen organizado, pero la lucha antidrogas debe centrarse en «las víctimas», incluidos los «millones» encerrados en las cárceles.
Esta cumbre no encontrará la solución al pedido latinoamericano de afrontar el fracaso de la guerra al narcotráfico, «lo doy por hecho», dijo en su estilo pragmático.
Sigue la militarización
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dio a entender que su país toleraría que América Latina flexibilice las políticas de penalización de las drogas, pero que Washington profundizará la represión armada al narcotráfico mediante estrategias regionales, como la aplicada en América Central y México.
«Sé que hay frustración y que algunos piden legalización. Por la seguridad y la salud de nuestros ciudadanos –de todos nuestros ciudadanos– Estados Unidos no irá en esa dirección», dijo Obama este sábado 14.
Además, anunció que su gobierno ampliará la asistencia a la guerra antidrogas «de nuestros amigos centroamericanos», con «más de 130 millones de dólares este año».
«Ustedes pueden despenalizar, pero eso no acabará con las mafias. Y ahí estaremos nosotros», con presencia militar apenas los cargamentos de droga pasen fronteras, resumió a IPS la posición estadounidense el especialista colombiano Ricardo Vargas, de Acción Andina.
La V Cumbre de los Pueblos
Desde otro punto de Cartagena, Enrique Daza, coordinador de la Alianza Social Continental, organizadora de la V Cumbre de los Pueblos, dio parte de «satisfacción» a la misma hora en que Santos era aplaudido de pie en el auditorio donde sesiona la VI Cumbre de las Américas.
«No consiguieron invisibilizar nuestras exigencias», dijo Daza en el cierre de esta reunión, también conocida como la «anticumbre».
El encuentro alternativo rechazó que Estados Unidos pueda todavía «imponer su agenda» en estas cumbres y exigió el fin de la militarización adoptada con el pretexto de la guerra a las drogas, que también termina criminalizando la lucha social, aseveró.
En su declaración final, la V Cumbre de los Pueblos fustigó a Estados Unidos y Canadá por empeñarse en promover tratados de libre comercio con otros países del continente. Canadá fue duramente criticado por promover en América Latina un «modelo depredador», en referencia a las operaciones de sus empresas mineras. «Los derechos de los inversionistas no pueden estar por encima de los derechos de los pueblos y de la naturaleza», dijo la Cumbre de los Pueblos.
El encuentro de movimientos sociales, indígenas, grupos de izquierda y organizaciones de derechos humanos, ecologistas y feministas también lanzó una velada crítica a los gobiernos socialistas de América Latina.
Aunque reconoció esfuerzos como el ALBA y la novel Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, consideró que los gobiernos continentales «progresistas y de izquierda» deben avanzar contra el modelo extractivista y de concentración de tierras.
A cambio, la Cumbre de los Pueblos propuso una integración autónoma de la región y el conocimiento y respeto por los aportes indígenas y campesinos en el arte del «buen vivir» y de una cultura de paz.
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