Llevaba 18 sorteos vacante

Récord histórico: serían 3 personas de Maryland las que ganaron US$ 640 millones en la lotería de Estados Unidos

Lotería de Estados Unidos

Los expertos advirtieron que podían pasar días antes de que alguien se presente para reclamar el premio, pues los ganadores suelen primero aclarar todos los asuntos legales antes de dar ese paso. El premio mayor del Mega Millones ha quedado vacante en 18 sorteos consecutivos.

El martes pasado, en el último sorteo, el pozo era de 363 millones de dólares. Los boletos costaban sólo un dólar, pero las probabilidades de ganar el gigantesco primer premio eran una en 176 millones, mientras que la de ganar cualquiera de los otros premios millonarios era de una en 40 millones.

El afortunado ganador podrá elegir entre quedarse inmediatamente con 389 millones de dólares en efectivo o recibir el total en 26 pagos anuales. El récord previo para un premio de lotería en Estados Unidos había sido de 390 millones de dólares, compartido por apostadores de Georgia (sureste) y Nueva Jersey (este) en 2007.

La posibilidad de alzarse con el millonario pozo llevó a los estadounidenses a agolparse durante la jornada del viernes en las tiendas para probar fortuna. Hubo apuestas «diez veces más de lo corriente», había dicho el viernes a la AFP Raj, dueño del comercio en una estación de metro en el centro de Manhattan, mientras el desfile de gente era permanente.

La expectativa por el premio de esta lotería que se juega en 42 estados de la Unión, la capital Washington y las Islas Vírgenes, no había dejado de aumentar en todo el país.

A cuerpo de rey

«¿Quién sabe? Quizás se me da y me vuelvo a vivir a mi país como un rey», había afirmado a la AFP Rafael Estrada, un dominicano de 43 años casado y con tres hijos, tras hacer cinco apuestas. Si Rafael sueña con una vida diferente, también se dice listo para compartir el fabuloso premio con los suyos: «Ayudaría a mi familia y a algunos muy buenos amigos que siempre me han dado una mano. Sería bonito», señaló.

Otros expusieron sueños más modestos, o ni saben lo que harían con tanto dinero, y algunos dijeron pensar en hacer obras de beneficencia.

Ari Cohen, de 30 años y que trabaja en el mundo de las finanzas, «saldaría los préstamos» que sacó para estudiar y compraría una chuleta y una botella de vino francés antes de sentarse en su auto a pensar qué hacer con el pozo.

Cosmin Barbos, ex profesor historia en su Rumania natal y empleado de mantenimiento en una compañía en Nueva York, «daría el «90% a obras caritativas, educación para niños y ancianos». «¿El resto? Me iría a vivir a Nueva Zelanda porque hay más ovejas que gente. Aquí en Nueva York hay demasiada gente», agregó. AFP

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